
Durante los años, he notado un cambio drástico a la hora de hacer amigos. Las cosas cambian constantemente y muchas veces tendemos a ser desafiados a ser cambiados también tanto para mal como para bien. La sociedad en hoy día te aconseja incluso de manera sutil de que no seas el mismo, sino como los demás, por ejemplo: Beber desenfrenadamente como la mayoría de los jóvenes, ir a fiestas, tener relaciones no debidas (Incluso sexuales), no decir lo que piensas. Esto son uno de los tantos ejemplos que he llegado a ver con el tiempo.
Claro, cuando hice este dibujo pensé: ¿Y que tiene que ver con lo estoy diciendo? Pues, digamos que lo que he creado a la espalda de esta mujer, pudiera representar lo que realmente no podemos ver y es el tiempo. Verán, cuando le dedicamos tiempo a una persona en conocerlo (a) y entenderlo (a), empezamos a crear lo que llamamos amistad lo cual se va cultivando según con el tiempo que hayan pasado juntos, y eso irá creciendo como una planta; como un árbol; como una casa que se va construyendo. ¿Impresionante verdad?
Aun así, creemos de alguna manera de que no estamos llegando a ningun lado, así que por ende intentamos hacer lo mismo con otras personas. Sin embargo, empezamos a notar que en realidad no es del todo cierto que puedas ser amigos de todos en realidad, siempre encontraremos personas que nos superen mucho en diferencias tanto en gustos como en disgusto, hasta en pensamientos muy diferente hacia los nuestros. Así que sentirse frustrado ante los intentos de querer ser amigos con personas en especifico no significa que debas rendirte.
A veces esas frustraciones nos permiten darnos cuenta de quienes te aprecian realmente y de quienes tienes que invertir tu tiempo para que todo siga creciendo como en realidad sientas que esta pasando el crecimiento. Y notarás algo más, esa satisfacción en el que dirás: Valió la pena el tiempo invertido.





