El desmayo

Cuando desperté, lo primero que vi fue el hermoso rostro de una enfermera que me ordenaba seguir una luz con la vista. Al lado mío, una gran cantidad de personas empezaba a despertar. De momento supuse que tenía una herida en la cabeza, pues sentía como escurría la sangre por mi rostro y luego a través del cuello hasta llegar a mi pecho.

-No se levante porque se va a volver a caer- me dijo la enfermera mientras colocaba un trapo mojado en mi cabeza.

No opuse resistencia, la verdad no sabía si estaba del todo despierto, pues batallaba para ver y para entender lo que los demás decían.

-Disculpe señorita, ¿Sería tan amable de decirme que pasó?-

-Fuimos atacados. Recuéstese, ya viene para acá el médico, él le explicará todo.-

-Buenas tardes Cabo, veo que ya se siente mejor. Podría repetirme su nombre completo y número de batallón.-

-Mi nombre es Damián, pero no recuerdo mis apellidos y definitivamente no soy miembro del ejercito-

-Ah, ya veo- me dijo al tiempo que hacía anotaciones.

-Podría revisar la herida que tengo en la cabeza. Creo que estoy sangrando-

-Al parecer está mucho peor de lo esperado. Usted no tiene ninguna herida en la cabeza, de hecho según los análisis, goza de muy buen estado de salud y sin embargo, no recuerda quien es-

-Pero doctor, siento como la sangre corre-

-Ah, si, y, ¿Puede verla?-

-No, no puedo-

-Es el mismo caso de muchos más. Se quejan de heridas que no tienen y recuerdan que son alguien mas-

-La enfermera me comentó que fuimos atacados, pero no me dijo por quien-

-No sabemos nada con certeza, no hubo explosiones, no hubo luces, no hubo humo, no hubo nada inusual. Pero el noventa y siete por ciento de la población mundial cayó desmayada en unos segundos-

-Que raro, ¿y los animales?-

-Absolutamente nada. Lo que halla sido, sólo afectó a las personas-

-Y que me dice de las pocas personas que no sufrieron el desmayo masivo-

-Es muy extraño, se trata de personas que estaban completamente aisladas de los demás. Yo por ejemplo estaba pescando sólo en el gran lago nacional, cuando recibí la llamada de la secretaria de salud quien también estaba sola en su rancho a las afueras de la ciudad.-

-Es muy extraño. Sería tan amable de prestarme un teléfono para hablarle a mi esposa-

-Lo siento, pero usted es soltero y un militar también, así es que no puede abandonar el área de contención-

El médico me acercó una identificación y un espejo.

-Reconoce usted a la persona en esta identificación-

-No tengo la menor idea de quien pueda ser-

-Ok. ahora obsérvese en el espejo y señale donde siente la herida-

Lo que vi a continuación me hizo tambalearme de tal modo que tuve que sostenerme de la enfermera. La persona en el espejo, no era yo...