Desperté oyendo gritos de angustia, dolor y placer, la curiosidad me obligó ir a ver qué pasaba, al correr hacia la ventana veo un ser abominable, aterrizó una gárgola, en el césped, traía a alguien entre sus garras filosas que venían desgarrando su tráquea y la otra se aferraba a su mandíbula y mientras balbuceaba, botaba saliva y un coágulo muy grande de sangre… «¿Que hago aquí?» Sin contestar, entró a la casa, lo lanzó en una habitación lejana por el pasillo de dónde me encontraba, al irse volteó a verme y me ignoró.

Suenan lamentos sollozos en una habitación cerca de la ventana, abrí lo más ligero, observé un demonio humanoide, se estaba ahogando con pedazo de carne humana, mientras tanto, no podía dejar de comer y, así se repetía continuamente.

Gritos de placer, gemido estruendoso, al saber que provenía de otro cuarto, no soporte la curiosidad, cuando iba en camino, se empezó a rotar el piso hasta la pared, yo volqué y, caí justamente al frente de la puerta que afuera tenía un símbolo raro, como un baño, pero un género que no reconocía. Al asomarme, es una figura de una mujer pálida, cara demacrada y sin su consentimiento, una fornicación. Se veía un demonio, le rasgaba la espalda a tal punto que se mostraba su costilla, botaba fluido tras fluido, simplemente atroz, con látigos y un bozal puesto, con todo y eso, aún escuchaba su gemir.