Como título de película o término de una condena. 7 años, 6 meses y 4 días en la Blockchain.
Nada tan glamoroso ni tan terrible. Solamente la cuenta del tiempo transcurrido desde que ocupe mi primer bloque en la cadena.
Maravilla que disfruto a pesar de desconocer casi todo lo que sucede detrás de la pantalla del ordenador.
Igual que apenas conocemos lo más básico de la mecánica automotriz, pero disfrutamos de viajar o manejar un automóvil, igual nos sucede aquí.
Mejor aún, volamos a increíble velocidad por toda la colmena sin más limitación que la propia imaginación.
Siendo nuestra brújula, nuestros gustos e inclinaciones, y además nos pagan.

Hoy me ganó la pereza, y aunque madrugue, no salí a caminar por la mañana por el frío. Por la tarde, me venció una siesta. Y aunque creo que respondí a todos los comentarios que recibí en mi publicación anterior, no tengo tiempo suficiente para leer todas las publicaciones de quienes sigo, y mucho menos para comentarlas.
A esta hora, casi anocheciendo, me pregunto cómo se las arreglan mis amigos que, además de escribir y comentar, son moderadores y curadores.
¿Cuántas horas pasan con los ojos en la pantalla y los dedos sobre el teclado?

En realidad han transcurrido más de 20 horas desde que escribí la primera letra. Esta Laptop, que a mí me parece nueva, está dando signos de cansancio y de momento no le encuentro solución, más que dejarla descansar.
Cuando se cuelga y ya no responde, espero, cierro la pestaña y que duerma unas horas.
Ya le cambié la pasta térmica, con lo que mejoro, y pensé en desfragmentar el disco, pero al parecer este modelo ya no funciona así.
Tal vez la pueda aliviar, descargando la memoria, mandando archivos y fotos a la nube, pero para eso voy a necesitar ayuda.
La verdad verdadera es que mientras tenga cerca a mis hijos para resolver los detalles técnicos, prefiero no lidiar con la lógica de la máquina.
Mi pensamiento analógico tropieza con frecuencia en el medio digital y como este ejercicio no encierra conclusión, ni moraleja, lo concluyo aquí y me despido hasta otra feliz ocasión.
Me voy sin votar, esperando recuperar HP, que descendió en demasía con la efusión de los momentos pasados.

Ambas fotos son de mi propiedad, el retrato del autor luciendo una creación de @dulce.crucita es obra de mi hijo y fue la inspiración para el titulo de esta divagación, la segunda fue tomada por mi, pero entre diciembre y enero pasado.

Como siempre escribo en español, mi lengua materna, dejando la traducción al inglés en manos de Google Traductor.

Seven years in the Blockchain

Like a movie title or the term of a sentence. 7 years, 6 months, and 4 days on the Blockchain.
Nothing as glamorous or as terrible. Just the count of time elapsed since I added my first block to the chain.
A wonder I enjoy despite being ignorant of almost everything that happens behind the computer screen.
Just as we barely understand the most basic automotive mechanics, but enjoy traveling or driving a car, the same thing happens here.
Better yet, we fly at incredible speeds throughout the hive with no limitations other than our own imagination.
Our compasses are our tastes and inclinations, and we get paid.

Laziness won today, and even though I got up early, I didn't go for a walk in the morning because of the cold. In the afternoon, a nap won. And although I think I responded to all the comments I received on my previous post, I don't have enough time to read all the posts from those I follow, let alone comment on them.
At this time, almost dusk, I wonder how my friends who, in addition to writing and commenting, are moderators and curators, are managing.
How many hours do they spend with their eyes on the screen and their fingers on the keyboard?

In reality, more than 20 hours have passed since I wrote the first letter. This laptop, which seems new to me, is showing signs of fatigue, and for the moment, I can't find a solution other than to let it rest.
When it freezes and no longer responds, I wait, close the tab, and let it sleep for a few hours.
I've already changed the thermal paste, which improves, and I've thought about defragmenting the disk, but apparently this model doesn't work that way anymore.
Maybe I can alleviate it by unloading the memory, sending files and photos to the cloud, but for that I'll need help.
The real truth is that as long as I have my children around to work out the technical details, I prefer not to deal with the logic of the machine.
My analogical thinking frequently stumbles in the digital medium, and since this exercise holds no conclusion or moral, I'll end it here and bid farewell until another happy occasion.
I'm leaving without voting, hoping to recover HP, which has dropped significantly with the effusion of the past few moments.

Both photos are my property. The portrait of the author wearing a @dulce.crucita creation is the work of my son and was the inspiration for the title of this rambling. The second one was taken by me, but between December and January of this year.

As always, I write in Spanish, my native language, leaving the English translation to Google Translate.