Era el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y las noticias y las redes sociales estaban llenas de historias y campañas que destacaban los derechos de las mujeres. Marcos sacudió la cabeza mientras se desplazaba por las publicaciones en sus redes sociales. En su opinión, este movimiento feminista había ido demasiado lejos.
Mientras cocinaba la cena para sí mismo después del trabajo, Marcos reflexionó sobre el tema y los cambios sociales que había visto en los últimos años. Sintió que los avances que las mujeres habían hecho iban a expensas de los hombres. Murmuró entonces "Las mujeres ya tienen igualdad ¿Qué más quieren?"
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Después de la cena, Marcos salió a encontrarse con su amigo Javier a tomar una copa en su bar habitual. Javier ya estaba allí, viendo un partido de baloncesto en la televisión sobre el bar. Marcos se quejó a Javier sobre todos los mensajes del Día de la Mujer que había visto. Javier se encogió de hombros y dijo: "No sé, creo que es bueno que estemos abordando la desigualdad y el acoso que enfrentan las mujeres."
Marcos frunció el ceño y replicó de inmediato. ¿Iniquidad? ¿Cómo que? Las mujeres pueden votar, pueden trabajar, tienen los mismos derechos legales. ¿Qué más hay?"
"Es más sutil que eso", respondió Javier. "Las mujeres todavía ganan menos que los hombres en promedio y enfrentan cargas desproporcionadas en el hogar. Y no finja que el acoso y el abuso no existen. Es importante un día para crear conciencia sobre estos temas."
Su argumento continuó ya que tenían otra ronda de bebidas. Marcos se volvió cada vez más inflexible en que el feminismo ha ido demasiado lejos y los hombres eran las verdaderas víctimas ahora. Javier acusó a Marcos de ser deliberadamente ciego a los problemas reales que enfrentan las mujeres. Al final de la noche, se intercambiaron palabras enojadas y los dos amigos se separaron frustrados.
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Marcos caminó a casa, mientras hervía en su ira intentando olvidar el acalorado encuentro. Pero cuando se acercó a su puerta, disminuyó la velocidad y volvió a pensar en la discusión. Si bien todavía se sentía ofuscado y escéptico sobre algunas afirmaciones sobre la desigualdad de género, tuvo que admitir que realmente no sabía cómo era enfrentar al mundo como mujer. Su discusión con Javier le hizo darse cuenta de que no había escuchado, pero se puso a la defensiva. Tal vez valió la pena tratar de comprender otras perspectivas, incluso si no las compartía. Cuando entró, Marcos hizo una promesa silenciosa de escuchar más y discutir menos. Al darse cuenta de que todavía había mucho que aprender, mantener una mente abierta parecía el mejor camino a seguir.
Al día siguiente, Marcos se acerca a Javier para disculparse y pedirle que explique su perspectiva sobre la desigualdad de género y por qué son importantes eventos como el Día Internacional de la Mujer. Javier compartió algunos ejemplos de discriminación y acoso que han enfrentado sus amigas y compañeras de trabajo. Si bien Marcos todavía tiene algunas dudas, comienza a comprender los problemas más profundamente a través de las historias de Javier.
Marcos se da cuenta de que una de sus compañeras de trabajo parece angustiada, por lo que le pregunta si todo está bien. Al principio, está sorprendida por la preocupación de Marcos, ya que él nunca antes parecía interesado en estos temas. Pero se abre sobre algún comportamiento inapropiado que enfrenta en el trabajo y la falta de apoyo que ha recibido de los gerentes. Marcos se sorprende al escuchar que esto está sucediendo cerca de él y que le era inadvertido. Comienza a prestar más atención a la dinámica en su oficina y nota signos más sutiles de trato desigual.
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El día miércoles, la hermana de Marcos lo visita y se pelean por el feminismo después de que Marcos hace un comentario despectivo sobre el Día de la Mujer. Su hermana, que es activa en la defensa de los derechos de las mujeres, increpa a Marcos el privilegio masculino y su perspectiva estrecha. Su argumento es acalorado, pero finalmente ayuda a Marcos a ver que estos problemas son personales para las mujeres de una manera que nunca antes había entendido. Él y su hermana terminan teniendo una conversación larga y honesta sobre sus diferentes experiencias al respecto. Si bien no necesariamente están de acuerdo, Marcos desarrolla más empatía por las posiciones de su hermana.
Las suposiciones de Marcos son cuestionadas cuando ve que una compañera de trabajo es ignorada por un ascenso que claramente merecía. Se da cuenta de que el progreso profesional de las mujeres se ve obstaculizado por algo más que elecciones individuales o méritos.
Recordó las historias de su hermana sobre el acoso que enfrenta en su vida diaria, como ser llamada mientras camina por la calle. Marcos se sorprende al saber con qué frecuencia las mujeres enfrentan este tipo de comportamiento y cuán amenazante puede sentirse. Comienza a notar cómo sus amigas son acosadas de manera similar y llama el comportamiento inapropiado de otros hombres.
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También recordó que Javier señaló lo mucho e importante que hacen en el hogar las mujeres, por las cuales no son remuneradas. Marcos pensó en sus propias relaciones y notó el desequilibrio del trabajo doméstico.
A pesar de tratar de escuchar y aprender, Marcos todavía se deslizaba a veces con comentarios insensibles. Pero en lugar de ponerse a la defensiva cuando se le llama la atención, reconoce sus errores y se esmera en trabajar para mejorar. Se da cuenta de que tomar conciencia de los privilegios y los comportamientos nocivos es un proceso continuo.
La nueva perspectiva de Marcos lo predispone al conflicto entre algunas de sus amistades masculinas, mientras se burlan de él por "suavizarse." Sin embargo, comienza a formar relaciones más significativas con mujeres y hombres de ideas afines. Se siente bien al usar su privilegio como hombre para ser un aliado para la igualdad de género.
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El relato está inspirado con motivo del Día Internacional de la Mujer el cual se celebra el 8 de marzo de cada año, decretado así por la Organización de las Naciones Unidas con el propósito de reconocer la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos y la participación en la sociedad. Así como también coadyuvar en crear conciencia sobre la imperiosa necesidad de eliminar todo tipo de discriminación y violencia de género.
No obstante, al igual que nuestro protagonista del relato, tengo mis dudas sobre las motivaciones y los alcances sutiles de los movimientos feministas: Las manipulaciones nunca faltan. La balanza del trato justo no siempre está bien calibrada.
En todo caso, este es un tema escamoso que conlleva a lo políticamente correcto en perjuicio de la sana convivencia. Sin embargo, sin temor a equivocarme creo que estarás de acuerdo que es inaceptable el abuso a la dignidad humana, sea este en perjuicio de cualquier género.
Escrito por: @janaveda
Edición e imágenes: @fermionico
