DEPENDENCIA EMOCIONAL Y CO-DEPENDENCIA
La dependencia emocional como la co-dependencia son trastornos psicológicos que tienen que ver con el sí mismo.
En la dependencia emocional la persona necesita de un aspecto del otro para poder completarse a sí mismo. Resulta común en relaciones de pareja, pero se puede encontrar en cualquier tipo de relación como: familiar, laboral o amistosa, incluyendo actualmente situaciones u objetos como las redes sociales, móviles, videoconsolas, series televisivas, entre otros.
En cambio, el término co-dependencia nace en los años 40 en las reuniones de Alcohólicos Anónimos. Se dieron cuenta de que familiares o parejas de la persona dependiente al alcohol, manifestaba conductas similares a esta; pero en vez de al alcohol, era hacia la persona dependiente.
La persona co-dependiente se entrega obsesiva/compulsiva al cuidado de la persona dependiente (un enfermo crónico, con discapacidad, drogodependiente, alcohólico, co-depentiente…) relegando a un segundo plano sus propias necesidades y deseos, por así decirlo, olvidándose de sí misma.
Ambos trastornos pueden resultar en conductas dolorosas y sufridas. Estar a expensas de los demás, complacencia, tomar decisiones que no favorecen, perderse el respeto a sí mismo, el sentimiento constante de culpabilidad, poner a los demás por delante de uno mismo, sentir que no se es dueño de su propia vida...
Algunas de estas conductas quedan ancladas en la personalidad resultando normalizadas por la persona, y no lo es. Claro que estos comportamientos tuvieron su razón de ser en un momento pasado de la vida, pero en el presente resultan comportamientos que en vez de acercar a objetivos personales, alejan. El desarrollo de la vida se detiene en los aspectos afectados: algunas personas se aíslan, el temor a relaciones o como opuesto entrar en relaciones dañinas para sí misma, dificultades para establecer límites sanos en relaciones personales, familiares, laborales, o cada vez mas oscuridad.
¿QUÉ AYUDA A SALIR?
Tú. No me refiero a que sea la autoayuda o que mágicamente se libere con el tiempo. Si no a las ganas. La esperanza. Reconocerlo. Coger el camino y no soltarlo. Amigos, terapeutas, psicólogos, psiquiatras, chamanes, enteógenos, grupos de autoayuda, literatura,... empezar. Una vez tienes la esperanza, la alegría o el sufrimiento son la brújula que marcan el camino, por que para cada persona es diferente: el carácter, la personalidad, las vivencias, la historia personal, la energía, las creencias, la espiritualidad...
Como persona y como terapeuta confío en la capacidad del ser humano. Empujar, obligar, presionar, incluso sutilezas como guiar u orientar, si la persona no está listo para verlo, no lo verá.
Iré compartiendo aprendizajes, lecturas, información en este espacio, como también abro la puerta a aquellas personas interesadas en iniciar/continuar un proceso personal en las que acompaño con la Terapia Gestalt.
Darse cuenta e integrar su propio sí mismo, autoestima, observar las conductas, hábitos y creencias que han ido contra uno mismo y mediante experimentos vivenciales descubrir nuevas formas que favorezcan el desarrollo y crecimiento de la personalidad sana. La teoría es sencilla, la experiencia: una aventura.
