Me gusta pensar en muchas cosas, pero una de las que más me ha hecho durar varias horas planteándome una idea funcional, es el lenguaje universal.
Si bien, el inglés es el lenguaje con mayor cantidad de hablantes a nivel mundial, no se podría considerar como universal, ya que no todos los seres humanos lo pueden aprender por distintas razones.

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Entonces teniendo esto en mi mente me pregunté: ¿Y si el lenguaje de señas se vuelve universal? Y a simple vista es buena idea, ya que hay señas muy utilizadas en el mundo que cualquier persona puede comprender (por ejemplo utilizar la cabeza para decir un sí/no).
Y además podría ayudar a las personas sordas a comunicarse con gente “común”.
Por lo cual me puse a investigar sobre este tema y lo que encontré me sorprendió.
Resulta que el lenguaje de señas varía en cada país; es decir, el lenguaje de señas en Venezuela no es el mismo que hay en Colombia (por dar un ejemplo).
Entonces analizando esta perspectiva de la situación, me vinieron a la mente la cantidad de gente discapacitada con sus miembros superiores amputados.
La verdad es que aunque hayamos personas que queramos la unidad mundial, cada país y región tiene sus diferencias, y eso no está mal, por el contrario, es lo que nos hace únicos y nos da esa diferenciación de los demás.
Cada mente es un mundo (dice un dicho) y cada individuo viviente sobre este planeta es un ser único e inigualable, por lo que tratar que todos copiemos los mismos patrones se podría considerar un acto egoísta y fuera de lugar.
Por cierto, si alguno de ustedes tiene la oportunidad y ganas de aprender un nuevo idioma, háganlo, ya que así pueden conectar mejor con otras personas de otros lugares sin necesidad de usar un traductor, y además se puede considerar una superación personal.
Quise compartir con ustedes este pensamiento que llegó a mi cabeza.
De todo corazón gracias por su tiempo para leer este post, lo aprecio mucho.
Y sin más nada que decir…
HASTA LA PRÓXIMA.