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Las noticias acerca del secuestro de la niña estaban en todos los medios.
No sería fácil deshacerse de la pequeña y menos aún pedir algún rescate, mucho menos cuando la pequeña no es la que ordenó llevar a sus hombres.
Un tiro fue el primer pago al culpable del error, debió matarlo pero solo se lo hizo a la pierna, para que recuerde no fallarle en el futuro, ahora debe mover sus influencias para salir libre del entuerto.
La niña que mandó a secuestrar es su hija, y las razones aunque parezcan estúpidas es que su flamante ex esposa mantiene una relación sentimental con un bueno para nada que no calza los puntos necesarios para ser padrastro de la misma.
La idea era enviarla al extranjero y luego irse él.
Ha pensado una y mil veces mandar a asesinarlo pero sería el principal sospechoso.
Es una jugada impulsiva y ahora está consciente que no ha sido la apropiada pero está hecho.
Llama a un comisario de la policía científica y le explica la situación.
Es uno de los tantos funcionarios que el poder del dinero ha comprado.
Le da la dirección de un edificio en el centro de la ciudad.
-Te voy a enviar en un sobre las llaves, la dejas en el sótano y yo hago el resto.
Tras recibir de mano de un detective lo prometido, encarga a una de sus empeladas que le suministre una pequeña dosis de un somnífero a la niña y que la meta en el carro donde él la trasladaría.
Cumple paso a paso lo acordado y envía un msj en clave a su amigo.
Las sirenas policiales invaden la zona.
La prensa se hace presente y la noticia lo sorprende en su casa.
La niña ha sido rescatada pero está muerta, un ataque anafiláctico ha sido el causante del deceso.
Llora frente al televisor.
Tendrá que buscar alguna forma de retribuir monetariamente el error a los familiares de la misma.