Nochevieja en casa con un único deseo para el 2022, que no me des nada pero no te lleves a nadie, esa leyenda la leí hace días y anoche fue mi máximo y único pensamiento. Atrás quedaron otros propósitos menos importantes y es que no es lo que la vida te ofrece sino como te transforma y como puedes mejorar o caer al pozo, desde aquí ya sabéis, una sola idea.

Con la compañía de los incondicionales en carne y hueso, con la compañía de la familia a salvo en la distancia pero siempre presente en el Smartphone que cada día se hacen más imprescindible y con las amistades que a pesar de compartir con sus seres queridos te guardan un cariñoso minuto o incluso se preocupan por pasar por casa y dar un cariño tan necesario con el paso de los años.

Pero todos los días amanece, el sol vuelve a salir por el mismo lugar y vuelve a iluminar nuestras vidas, el amanecer es una manera de reinicio, rebobinar lo vivido y dar un punto y final a algo o un punto y seguido. Lo mejor de cada inicio de algo es que aunque el destino decide por nosotros también podemos dentro de ese universo de casualidades tener libre albedrío y en este nuevo inicio pretendo dar un punto y seguido en mi vida, nada va a cambiar desde mi libre elección salvo que el destino me lo cambie sin darme posibilidad a cambiarlo, somos motas de polvo en el universo y este decide sin que podamos hacer nada pero si me da la libertad me siento tan feliz en este momento que nada cambiará por voluntad propia, quizás esa suerte sea mayor que conseguir algo mejor.