Nochebuena marcada por la pandemia, cuando creí que ya nada nos impediría pasar esta noche en familia llega una variante del virus desde los orígenes del hombre al sur de África y nos invade hasta acelerar los contagios a los niveles más altos de toda la pandemia, por suerte y de momento con otros síntomas leves pero que pueden contagiar y llevar a un fatal desenlace a una persona delicada de salud o no vacunada, así que por precaución tocó quedarse en casa y tuve que improvisar para convertir la cena de cada noche en un festín para no echar en falta a los más queridos.

Así que hoy voy a llevarles a conocer un menú para dos muy discreto e improvisado de última hora que disfrutamos mientras veíamos por enésima vez una de mis películas favoritas... Love Actually .

De entrantes elegí unos langostinos cocidos exquisitos a un precio que acompañaba a disfrutarlos con cariño, la verdad es que no acompañan los precios pero es lo que hay cuando improvisas la tarde antes de una Nochebuena, estos riquísimos langostinos los acompañé de un vino blanco de uva Verdejo con denominación de origen Rueda, el maridaje queda perfecto con los entrantes que llegan del mar, el olor y su sabor queda muy fresco al primer sorbo con ciertos recuerdos a hinojo y flores blancas.

Añadí un par de patas de pulpo cocido que preparamos al estilo gallego con una pizca de personalidad, es decir que el parecido se hizo presente en el paladar aunque decidimos cambiar la típica patata cocida por un fino puré con sabor a pimentón de la Vera y aceite de oliva virgen de Jaén. Su aspecto no es comparable con el primer test donde se deshace en boca a la par que el vino de Rueda realza su sabor final.

Y para terminar algo sencillo pero elaborado como es el pollo relleno con ternera, trufa, huevo cocido y pimientos y zanahoria con una fina salsa dulce de almendras y con una base de patatas preparadas a fuego muy lento y aceite hasta pocharlas, la cantidad justa para acompañar con un Rioja de uva variedad Tempranillo del 2018 respetando los doce meses en barrica y otros doce mínimo embotellado para que su sabor no pierda un ápice del complemento que necesita cualquier carne asada en una noche tan especial.