Esta situación actual de aislamiento social es un espacio desconocido para mí y para muchos me atrevo a suponer, no sé qué hacer ante algunas situaciones. Se informa a diario que debemos los ciudadanos cooperar en esta situación de distanciamiento social y cumplir con las normas de higiene como lavarnos las manos, usar tapa boca, guantes, evitar aglomeración de personas en lugares cerrados y públicos, etc.
Foto tomada desde mi teléfono Samsung J7
Foto tomada desde mi teléfono Samsung J7
Cuando digo que no sé qué hacer, es cuando me veo en situación. Salí a buscar a una persona a quién le hice un servicio como taxista, me sorprendió ver que había tal cantidad de gente en la calle. Personas comprando, vendiendo, trotando, policías de un lado a otro, negocios cerrados, otros modo caleta (con ventanitas por donde despachan comida, licores, etc), algunos autolavados cerrados por orden ejecutiva y para resguardar la salud de los ciudadanos, y otros autolavados abiertos de par en par, como dice el popular meme del perrito “En fin la hipotenusa”.
Cuando se habla de distanciamiento veo que es más es el susto y el disgusto que el propio distanciamiento y los hechos relacionados a los contagios. Se ha manejado la política de toma de consciencia a tal punto que escuché el día de hoy en un programa de Vladimir a la una, donde menciona que le ha llegado información de personas que han tomado la autoridad en su mano y apalean a otros ciudadanos en la calle por no tener tapa boca, o andar de farra por ahí en medio de este fenómeno social que ha tomado el globo (en teoría) porque hay lugares del mundo donde por la gracia de Dios ni saben del Covi-19.
He visto discusiones en las que se enfrentan personas porque algunos debemos acatar las medidas de aislamiento y se le exigía a otros que la cumplan, pero esa persona no cumplía con otros aspectos de cuidado, entonces se le hace saber, eso fue suficiente para que reflexionara y se permitiera ver que a veces se cometen errores.
Su moral estaba en alto hasta que escuchó que algo estaba en contra de su discurso de autoridad social. No había nada en contra, aunque así parecía. Solo fue una reflexión donde se permitió pensar que pudo ser él quien recibiera ese discurso.
¿Desde dónde hablamos cuando le decimos al mundo que “debe” hacer o decir algo cuando desde nuestro lugar nosotros no acatamos nuestras propias normas o consejos?
Mi propósito en este post es ver de cerca este fenómeno del maltrato al que he visto personas sumirse en las calles, reuniones y otros espacios no por llamarnos a capitulo, que me parece válido recordarnos el momento en el que estamos y los cuidados que amerita, me refiero a cuando nos dejamos llevar por un miedo a que todo se descontrole.
La ironía es que al tener miedo a que todo se descontrole, actuamos desde ese miedo de forma descontrolada.
Observo que todos hacemos cosas, también pudiéramos alguna vez vernos involucrados en algún pensamiento como:
- Bueno puedo hacer esto por ahorita porque es necesario
- Bueno esto lo puedo hacer porque yo si me lavo las manos
- Yo sí puedo salir a comprar hoy porque necesito comprar pero hay gente inconsciente…
- ¿Cómo es posible que hagan fiestas si estamos en esta situación? Yo si recibo mis visitas en mi casa porque es mi familia, no como aquellos que….
Parafraseando esta idea, es bueno o malo hacer algo algunas veces dependiendo quien, donde, como, cuándo y la autoridad sociocultural en la que esté investida la persona y el posicionamiento de esa idea.
Más allá de los protocolos sanitarios propuestos por la OMS:
¿Cuándo es bueno y cuándo es malo acercarnos?
¿Cuáles son visitas de personas sanas y cuáles no?
¿Por qué dicen y gritan quédate en casa y salen a comprar al día siguiente de forma muy tranquila a buscar sus víveres?
¿Qué significa quédate en casa?
¿Qué nos impulsa a ponernos por encima de cualquier circunstancia humana para decir quién puede o no salir y cuándo?
¿En qué nos hemos convertido al creer que usamos un criterio universalmetnte sano, lógico, coherente y obvio para decir quién, dónde, cómo y cuándo puede hacer una u otra cosa?
¿Qué nos da esa facultad o autoridad?
Por eso digo que este estado de aislamiento social es más el susto y el disgusto que el propio fenómeno de aislamiento social. También nos ha revelado a nosotros mismos nuestra capacidad de estar en sociedad desde el reconocimiento y aceptación del otro ser humano que tengo al frente y que puede ser particularmente diferente y en eso pudiéramos ser iguales. Vaya momento histórico.
En mi caso no sé qué reclamar porque cuando salí a comprar comida y hacer ese servicio de taxi pude haber dicho: yo sí puedo salir porque yo conozco a esa persona, en cambio hay “gente” inconsciente que sale a la calle y no sabe a quién monta en sus carros “sinceramente vale”.
Pero ¿qué utilidad habría tenido?, igual no sabía donde estuvo esa “persona conocida” o con quien estuvo reunida antes de encontrarnos. Así que en ese caso particular me dediqué a silenciar mis pensamientos de juicio de quién esta apto o no para hacer sus diligencias en esta situación y que es prioritario o no.
No es que no pueda reclamar a alguien que esté cerca de mi que use su tapa boca o que me salude resguardando su distancia en relación a mi. Me refiero a querer imponer sobre esa otra persona mis ideas a través del miedo descontrolado. Bueno, aquí hay que estar en situación par conocer nuestras maneras de actuar, no veo la mejor manera, solo maneras 🤷♂
Estas líneas son difíciles de leer para mí más que escribirlas. ¿Cómo estar en paz en medio de esta situación? Y cuando digo "esta situación" me refiero a la mía, que es particular, no es la de más nadie. Aunque vivamos en la misma zona, misma ciudad, mismo país va a haber algo que me diferencie de otros y son mis circunstancias.
Así que hay una forma de ver este aislamiento, y es a través de darme cuenta de mi circunstancias y darme por desconocido de las circunstancias particulares de otros. Si voy a hacer un recordatorio me lo estoy haciendo a mí mismo porque otra persona que haga fiestas, salga a comprar sin tapa boca o ande tomando en una esquina y jugando dominó no creo que al verme llegar con mi discurso “concientizador” deje de hacer lo que hace, o quizá sí.
Si las autoridades a las cuales socialmente “elegimos” o designamos para que se encarguen de dirigir, girar directrices lo hacen de forma ambigua y abusiva (desde mi perspectiva) lo que surge son liderazgos desde las bases, pero surgen como surjan, es decir, la ley es la del que se logre imponer con un discurso, a bala o a palazos, como ha venido ocurriendo.
Quizá este desorden este dado porque es un desafío darnos cuenta que esa situación esta en manos de todos y no de una autoridad electa o impuesta. Parece el caso de los niños que se quedan solos en casa porque mamá y papá no han llegado y entre ellos se acomodan, surgen liderazgos y comienzan a establecer un orden.
La idea que quiero compartir es que mi actitud en esta situación de aislamiento social donde me he dedicado a observar cualquier reacción que tenga ante situaciones o personas para no ser como aquella persona que veo que quiere imponerse sobre otro. En lo personal no me gusta que me griten con o sin razón, así que he preferido hacer silencio a esa forma de dirigirme a otros, y no por falta de ganas.
Estas lineas son para reflexionar una idea. Cada quién se verá así mismo como está preparado para cada situación.
Al intentar querer que otro haga lo que yo quiero porque considero que es lo mejor, la ruta más corta es ¿Cómo ha sido mi experiencia cuando me invitan a un razonamiento? ¿Cómo ha sido mi experiencia cuando siento que me quieren imponer una idea? así considere otorgarles la razón, queda un sentimiento de rechazo a esa idea de imposición y la idea más importante que nos llevó a conversar, se pierde.
Es un momento de suma consciencia, donde podemos vernos ejercer nuestra libertad y ver las consecuencias de ejercerla. Es hora de crecer como sociedad independiente de la idea de papá y mamá gobierno. Los gobiernos están viendo como resuelven todo a nivel de masas, de las particularidades podemos encargarnos cada quien y quizá podamos vernos en el otro.
Este post es una reflexión de mis días en este aislamiento social. Son mis reflexiones personales, muy lejos de un manual de consejos.
Gracias por leer y saludar.