Noche incondicional era nuestro cariño. Mi piel destilaba aroma de Niña. Mi fragancia predilecta en la piel. Esa fragancia aún perfuma mi cuerpo.
¡Oh cariño! Incondicional eran noches en volcanes de amor, esas noches custodiadas en vocablos de amor.
Amor fue un día donde el amor se descuidó quedando solitario en la alcoba. Promesas y promesas salían de tu boca.
¡Llegaré a tiempo! ¡Cenaremos juntos a la luz de candilejas!
Candilejas incondicionales no se apagaban en la brisa serena.
Sereno era el amor, cariño esperándote y solo llegaba la soledad.
Promesas y promesas.
Era la madrugada escurridiza penetrando pupilas desveladas, anhelando tú cariño.
Cariño, adormecida se anunciaba el alba y tú llegada anunciaba tus pasos en la alcoba.
¡Hola cariño! Perdón… las horas fueron eternas en el trabajo.
¡Oh cariño! La incondicional acostumbrada a tus deliberaciones de tu tiempo escaso, en la atención por tu esposa.
¡Oh cariño! La Incondicional era un hermoso amor, ese amor anhelando cariño.
Cariño, la incondicional claudicó en amarte una hermosa noche
de candilejas.
Candilejas extinguió las llamas del amor, Apagando tu amor en silencios de mi amor. Un amor que fue incondicional.