Cada mañana salgo religiosamente (cuando la cama logra soltarme) a caminar, y salgo desde que está muy oscuro por lo menos a en esta época del año en verano que el sol sale un poco más tarde, y a medida que el cielo se iba aclarando empecé a ver un espectáculo que quise traerlos para Uds. que de alguna manera pudiesen acompañarme en este intento de diario de ejercicios cardiovasculares.
Caminar se ha convertido en una de las actividades más desarrolladas no solo por personas con obesidad, sino también con diferentes patologías.
El caminar ayuda a acelerar el metabolismo con lo que es bueno para quienes tienen diabetes, ayuda a hacer un poco más fuerte nuestro corazón y pulmones, pero con ello la mejoría de la circulación, como la oxigenación cerebral, también está demostrado que puede ayudar con la digestión y movimientos peristálticos, nos ayuda a relajarnos y a la vez a generar más energía en nuestro cuerpo y mente,
La liberación de Endorfinas que nos ayudan a ser más felices y más relajaditos, y nos inhibe el cortisol que es quien eleva el estrés. El cerebro se activa más y la movilidad, la coordinación y el equilibrio pues se fortalecen
Nuestro sistema óseo y muscular se fortalecen y si tenemos suerte y sabemos cómo reducimos el abdomen y la cintura.
Además de todos estos beneficios que aún faltan por nombrar, podemos deleitarnos con lo perfecto que Dios hace en todo momento con lindos amaneceres o atardeceres, así que siempre es bueno salir a caminar.