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Las muertes por afecciones cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo y suponen más del 30 % de las muertes que se producen anualmente.
Esto implica una gran demanda de soluciones, por eso cualquier avance científico que se produce en este área es siempre bienvenido sea del tipo que sea.
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), han desarrollado un corazón biónico con el que probar válvulas artificiales y otros dispositivos cardiacos para mejorar su producción y calidad.
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El dispositivo es un corazón biológico real al que han tuneado reemplazando tejido muscular con músculos cardíacos artificiales, que imitan a la perfección los movimientos del corazón para llevar la sangre a todo el cuerpo.
Este corazón artificial es capaz de imitar los latidos del corazón de forma lo suficientemente realista para poder chequear estos dispositivos con fiabilidad y así evitar experimentar con animales.
Las pruebas reglamentarias que se exigen para aprobar el uso de estos dispositivos requieren la realización de un montón de test y pruebas de fatiga que normalmente se hacían con animales.
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Con este corazón artificial no solo dejamos de fastidiar a los animales sino que además se pueden hacer los test más rápido y pueden aplicarse las mejoras necesarias más fácilmente.
De esta manera matamos dos pájaros de un tiro, salvamos vidas humanas y de paso dejamos de incordiar a los animales.
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