Recientemente, tuve la oportunidad de conocer el famoso Café Racer Bar, un restaurante temático ambientado especialmente para los amantes de las motos y los motores. Ubicado en San Antonio de Los Altos, en el estado Miranda de Venezuela.
Este local actualmente está muy de moda, pues además de su atractiva temática, gran cocina y excelente atención, allí realizan numerosos eventos musicales que gozan de gran popularidad entre el público. Aunque, cabe destacar que el día que los visité, no había ninguna programación especial y quizás por eso había muy poca clientela en el lugar.
Al llegar al sitio, me llevé una gran sorpresa, pues no tenía ni la más mínima idea del restaurante al cual iba ese día, pués fue una invitación de mi hijo, a comer unas excelentes alitas de pollo en un restaurant donde según él, las preparaban de maravilla, a tal punto que dijo que eran las mejores alitas de pollo que había comido en su vida. Nunca nos dijo a cuál restaurant nos dirigiamos.
¡Así qué!, cuando llegué al sitio, lo único que había en mi mente, eran las famosas alitas de pollo y cuál sería mi impresión, cuando me topé con aquel lugar que me resultó tan fascinante, a pesar de que no soy amante de las motos, esto aunado al poco conocimiento que tengo acerca de ellas. Además, que les confieso que solo las quiero ver de lejitos, claro está, sin dejar de reconocer que montar o pasear moto es una actividad muy sabrosa, razón por la cual, entiendo perfectamente a aquellos muchachos. que a mediados del siglo XX, dieron vida a esta tradición cultural del Café Racer.
El local está decorado con auténticas motos y una gran cantidad de objetos y accesorios característicos del mundo del motociclismo, todo estratégicamente ubicado, de tal manera que da la sensación de que estás en una especie de museo restaurante.
Demás está decirles que el restaurante me encantó, que disfruté mucho al observar cada uno de los detalles que descubría a medida que lo recorría. Lo primero que me llamó la atención, fue un antiguo dispensador de gasolina que tienen ubicado cerca de la entrada del local, ya lo había visto en fotos, pero no sabía que pertenecía a ese restaurante.
Al entrar al recinto principal, lo primero que vi fue la colorida e ingeniosa barra, en forma rectangular, hecha de madera y pipotes o barriles metálicos, identificados individualmente con los logos de distintas marcas de gasolinas de los años 50. Por otra parte, los bancos para sentarse, que están distribuidos a lo largo de esa barra, están hechos en madera y hierro forjado, con el posapié adornado con piñones de motocicletas, detalle que los hacen lucir muy coquetos y llamativos como se puede apreciar en las siguientes fotografías:
Más adelante, hacia el fondo del recinto, nos encontramos con una pared decorada con el logo del restaurante y una colección de coloridos cascos de motorizados. En un lado, tienen estacionada una motocicleta racer negra.
Antes de pasar hacia el área donde está ubicada la moto negra, podemos dirigimos hacia la izquierda y encontraremos otra entrada o salida del local, esto depende de cómo se mire. En esta área tienen una pared decorada con distintas fotografías alusivas al mundo del motociclismo y un afiche que contiene información general e histórica del café racer. En la parte superior de las paredes de esa entrada, se exhiben dos llamativas motos y una bicicleta, todas ellas suspendidas en la parte alta de unos ventanales.
Hasta ahora solo les he mostrado, la parte interior del restaurante, área que yo catalogaría como el recinto principal del Café racer. Ahora, los trasladaré virtualmente hacia al área de afuera, donde encontraremos distintos ambientes a elegir a la hora de comer o de querer tomarse unos tragos en este exquisito lugar. Acá les dejó las fotografías donde se puede apreciar gran parte de los exteriores.
Para concluir esta publicación, dejé para el final el riquísimo plato de alitas de pollo que nos comimos en este espectacular sitio y que fue la razón que dio pie para que viviera esta fantástica experiencia, como fue la de conocer por sorpresa un restaurante tan llamativo y con tanta trayectoria. ¡Ah! Y les digo que comparto el criterio de mi hijo con respecto a las alitas. ¡Son las mejores que me he comido en mi vida!
Ante todo agradezco infinitamente el haber tomado parte de su tiempo para visitar este contenido que espero haya sido de su agrado y a la vez aprovecho para recomendarles que si tienen la oportunidad, no dejen de visitar este restaurante, estoy segurísima, que la van a pasar muy bien allí además de comer riquísimo.
Por ahora me despido, hasta una proxima publicación, donde con toda seguridad, pondré lo mejor de mi parte para mostrarle algún otro interesante lugar que tenga la fortuna de visitar.
Todas las fotografías son de mi propiedad y fueron tomadas con un celular Samsung A03 y los collages fueron hechos con la aplicación Polish.
English
Recently, I had the opportunity to visit the famous Café Racer, a themed restaurant set especially for motorcycle and engine lovers. Located in San Antonio de Los Altos, in the state of Miranda in Venezuela.
This place is currently very fashionable, because in addition to its attractive theme, great cuisine and excellent service, there are numerous musical events that are very popular with the public. Although, it should be noted that the day I visited them, there was no special programming and perhaps that is why there were very few customers in the place.
When I arrived at the site, I was very surprised, because I had no idea of the restaurant I was going to that day, since it was an invitation from my son, to eat some excellent chicken wings in a restaurant where, according to him, they prepared them wonderfully, to the point that he said they were the best chicken wings he had ever eaten in his life. He never told us which restaurant we were going to.
So, when I arrived at the site, the only thing on my mind were the famous chicken wings and what would be my impression when I came across that place that I found so fascinating, even though I am not a motorcycle lover, this coupled with the little knowledge I have about them. Besides, I confess that I only want to see them from a distance, of course, without forgetting that riding or riding a motorcycle is a very tasty activity, which is why I perfectly understand those guys who in the mid-twentieth century, gave life to this cultural tradition of Café Racer.
The place is decorated with authentic motorcycles and a large number of objects and accessories characteristic of the world of motorcycling, all strategically located, so that it gives the feeling that you are in a kind of museum restaurant.
I loved the restaurant, I really enjoyed observing each of the details that I discovered as I walked through it. The first thing that caught my attention was an old gasoline dispenser located near the entrance of the restaurant, I had already seen it in pictures, but I did not know it belonged to that restaurant.
Upon entering the main area, the first thing I saw was the colorful and ingenious bar, rectangular in shape, made of wood and metal barrels, individually identified with the logos of different gasoline brands from the 50's. On the other hand, the benches, which are distributed along the bar, are made of wood and wrought iron, with the footboard decorated with motorcycle sprockets, a detail that makes them look very flirtatious and striking as can be seen in the following photographs:
Further on, towards the back of the enclosure, we find a wall decorated with the restaurant's logo and a collection of colorful motorcycle helmets. On one side, a black racer motorcycle is parked.
Before going to the area where the black motorcycle is located, we can go to the left and we will find another entrance or exit of the store, this depends on how you look at it. In this area there is a wall decorated with different photographs alluding to the world of motorcycling and a poster containing general and historical information about the café racer. In the upper part of the walls of this entrance, two eye-catching motorcycles and a bicycle are exhibited, all of them suspended from the upper part of some large windows.
So far I have only shown you the inside of the restaurant, an area that I would call the main area of the Café Racer. Now, I will move you virtually to the outside area, where we will find different environments to choose from when it comes to eating or having a drink in this exquisite place. Here are the pictures where you can see most of the outside area.
To conclude this publication, I left for the end the delicious dish of chicken wings that we ate in this spectacular place and that was the reason that led me to live this fantastic experience, as it was to know by surprise such a striking restaurant with such a history. Ah! And I tell you that I share my son's opinion regarding the wings, they are the best I've ever eaten in my life!
First of all, I am infinitely grateful for having taken part of your time to visit this content that I hope has been to your liking and at the same time I take this opportunity to recommend you that if you have the opportunity, do not miss this restaurant, I am sure you will have a great time there in addition to eating delicious food.
For now I say goodbye, until my next publication, where I will surely do my best to show you some other interesting place that I have the fortune to visit.
All photographs are my property and were taken with a Samsung A03 cell phone and the collages were made with the Polish application.
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