Los navegadores, la herramienta para poder recorrer la web, a veces son una bendición, otras un tormento. Muchas veces no tenemos "opción" y debemos resignarnos a uno. Pero siempre puede pasar que consigas lo que estabas esperando...
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Debo reconocer que siempre fui muy apegado a los sistemas operativos y a los navegadores.
Cuando yo empecé a usar computadoras, eran de las más avanzadas que había pues, yo trabajaba con Apple, las cuales aún eran monocromáticas. Pero fui avanzando junto a estos equipos, hasta que me llegó el momento de empezar a usar aquella novedad llamada internet. Para eso el navegador de Apple (en esa época no las llamábamos Mac) era Netscape, el cual era el primer navegador gratuito que salía al mercado. A pesar de que la navegación era fatal en aquel entonces (1995), el browser resultaba una maravilla. Por supuesto, aquello era puro html, sin más funciones, sin scripts, sin extensiones, es decir, la web 1,0.
Un año más tarde salió para Apple un navegador “revolucionario”, el Internet Explorer. Pero como dije al principio, siempre fui muy apegado… Así que pasó mucho tiempo antes de que yo me cambiara. Creo que me cambié cuando Netscape dejó de ofrecer soporte para el sistema operativo mío. Y la verdad es que mi cambio fue a “regaña dientes”.
Luego salió Firefox en 2002 y aunque todo el mundo hablaba maravillas y ya empezaban a hacerse públicos los chistes de la velocidad de Explorer, yo no me cambié. Seguí aferrado al de la E azulita.
Sin embargo al año siguiente salió el navegador diseñado especialmente para Mac (ya ahora sí las llamábamos así), y aunque me costó trabajo adaptarme, fue el cambio más sencillo, porque ya lo de la velocidad del de Microsoft era demasiado exagerado y porque yo como buen Mac-fan, me sumé al equipo. Se trataba de Safari.
Fue tanto así, que unos años más tarde, en medio de un proyecto de envergadura, se me daño mi G4 (yo siempre estaba con lo más nuevo) y no tenía presupuesto para otra computadora de la manzana, así que tuve que cambiarme, sin querer y con gran dolor a Windows. Pero descargué la versión de Safari para Windows (que como era de imaginarse, no rendía igual). Pero al menos venía el mismo diseño.
Vino el predominio de Chrome y tuve que adaptarme a este nuevo cambio y, aunque al principio me resulto difícil adaptar mi mente, las bondades del nuevo navegador, me ganaron para su bando.
En el interín, como soy programador y desarrollador web, siempre tenía que tener otros navegadores, para comprobar mis trabajos, pero MI NAVEGADOR, era siempre MI NAVEGADOR.
Nuevas circunstancias de vida me obligaron a pasar a Linux y allí, por el alto consumo de memoria que genera Chrome, tuve que adaptarme a Firefox (más recientemente estuve probando Waterfox que corre un poco mejor en este sistema operativo).
No nombro a otros navegadores, tales como Opera y similares, porque solo los he usado para comprobación de mis trabajos, pero nunca como una herramienta.
Pero me faltaba probar uno, que aunque está basado en Chromium (que es una especie de alter ego de Chrome que desarrolló Google también), incluye algunas características, como lo es el bloqueo de publicidad que viene integrada y con una cantidad de filtros que evitan que los rastreadores regulares detecten la actividad que realizas.
Así que en unos días que estaba teniendo serios problemas de navegación, lo descargué y lo puse a prueba. Hoy puedo afirmar que es la única vez que voluntariamente y a gusto decidí cambiarme y asumí que Brave es mi navegador oficial.
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Para mí ha sido como romper un paradigma muy grave, el cambio de navegador. Sin embargo esta vez me he sentido de maravilla y la navegación ha mejorado enormemente, a pesar de tener la misma conexión (con todas las características de las conexiones en Venezuela).
Pero es que nada más bloquear los rastreadores, empieza a cambiar el rendimiento del equipo. En poco más de un mes que tengo con él, me indica que ha bloqueado más de 45000 rastreadores, ahorrando la carga de 859 Megas, es decir casi un Giga de ahorro al cargar las páginas.
Captura de pantalla con la información del erndimiento
Lo cual, según lo calcula el mismo navegador, significa 39 minuto de tiempo ahorrado en la carga de páginas.
Yo no sé si esos cálculos son precisos, pero la diferencia se siente claramente al navegar.
Como dato curioso. El bloqueo de publicidad es excepcionalmente bueno, sin embargo ayer por primera vez desde que lo estoy usando, me aparecieron un par de ellas en los videos de Youtube, algo que no me había pasado desde que empecé a usarlo.
Y ganar
Uno de los principios en los que se basa Brave es que tú no tienes porqué generarle ganancias a los demás por TÚ mirar publicidad, pues en ese caso el que merece el pago eres tú. Por eso el sistema de bloqueos. Pero adicionalmente, solo si tú quieres y lo activas, podrás “ver” publicidad y recibir recompensas por eso.
Aunque mi motivación para usar el navegador era otra, decidí probar esta función también. Llegué a pensar que quizá para Venezuela no estaba activa esta opción, pues no me aparecía nada. Así pasaron varias semanas, hasta que un día me apareció una notificación idéntica a las de Ginabot, pero en lugar de la cara de Gina, me aparecía el león de Brave, Allí me recomendaban usar el correo Protonmail. No entendía de qué se trataba y pensé que era alguna falla en la página que había cargado y simplemente le hice clic y se cerró. Al rato me apareció otra recomendando un VPN. En ese momento me empecé a preocupar y decidí investigar. Abrí una pestaña nueva en el navegador para empezar la búsqueda y ahí es que me doy cuenta que en mis “Recompensas Brave” aparecía mi primer 0,1 Bat (que es la moneda con la que te pagan).
En resumen, son unos pequeños avisos, tipo alerta, para nada invasivos y que ya en un par de días me ha generado más de un tercio de dólar, sin ningún esfuerzo. Fácal acceso a un nuevo ingreso y a una nueva criptomoneda
Captura de pantalla de la publicidad de Brave
También cuenta Brave con un programa de afiliados que te permite ganar dinero por usuario que descargue y use por más de 30 días el navegador. Para ésto varían las tarifas, dependiendo del país donde se encuentre el nuevo usuario, pero puede variar, según el grupo de países, desde 1 US $ hasta 7,50 por cada usuario nuevo.
Ya tengo en mi contador dos usuarios que lo descargaron, pero no han completado el período de 30 días, así que no puedo dar más información por el momento. Y hasta que se complete creo que no hay forma de saber a qué grupo pertenecen. En este enlace puedes descargar el navegador y lleva mi link de referido.
En Hive y anexos
Una de las cosas que me preocupaban al probar el navegador, son las extensiones que uso para mi uso en la plataforma. Entre ellos está Hive Keychain, que para mí que uso varias cuentas es imprescindible. Pero igual de importante son otras como Tineye, que me sirve para chequear el uso indebido de imágenes en las publicaciones, las extensiones que me dan información del origen de las fotos publicadas. Además de que necesitaba estar seguro que todas las dApps de Hive corrían sin problemas, tales como Peakd.com, 3speak.online, Dsound.io, etc.
Para mi satisfacción todas las extensiones funcionan perfectamente en Brave y las dApps corren sin ningún tipo de problema.
Al principio sí me llevé un susto, pues no lograba subir contenido en Dsound, hasta que me di cuenta que en algunos sitios hay que “bajar los escudos”. Es decir quitar el bloqueo de rastreadores, pues algunas páginas los utilizan para identificarte. El mismo problema me pasó con #threespeak, pero con bajar los escudos quedó resuelto.
