HOJA EN LLUVIA

FUENTE

fuente
Me gozo mis jazmines mojados y mis frutales que enchumbados frondean mi patio en esta visión de nocturnal humedad. La tierra, ocre o negra, mojada igual la disfruto. En este encierro, hojas y flores ocupan mi imaginario. Son las plantas con las que mas apego he sentido. Las veo reverdecer mas con las aguas del cielo. Con ellas me comunico en cada mañana de mis despertares. Bendito de mi que las tengo y mucho mas bendito con la lluvia que las humedece.
La lechoza floreada que ya empieza a desgajar para crecer en cuajo de pulpa ahora mismo verde, pero en espera de que empiecen amarillear, para maridarlo en el fuego del azúcar, hasta hacerlo almibar decembrino; la parra enchumbada, queriendo ocultar los brotes de sus sarmientos que ya despuntan para colgar; el cambur, de ovaladas hojas que simulan caballos en bebederos; el aguacatero con su lumbre verde en candil invertido, ya dispuesto para la horquetilla que lo baje; el limón con sus ramas que le hablan al suelo, rendidas por la gravedad de las tantas gotas que se le posan. Estos son mis seres animados por mi espíritu y por el viento cuando las roza. Yo las muevo y me dicen, me cuentan, ahora mismo están remojados.
Ellas no son solo tapicería verde ornamental que se despliegan a mi vista y me colorean este encierro pandémico, no, también son voluntades que mueven la mía, me cambian en modo humano. Las oigo decir: "nos tenemos". Y me doy cuenta de que entre cielo y tierra, junto a este verde, estoy y soy.