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One of the first things that cross my mind when I think of “My biggest gaming wish” (reinforced by several of the posts that I have read in this community) is that there are two diametrically opposite angles with which I can face this premise, one of them is quite materialistic and tangible while the other is a bit more ethereal.
The curious part is that both angles exist in symbiosis and from my humble point of view it is impossible to talk about one of them ignoring the existence of the other, but let me explain it better.
As many users of this platform I could define myself as an "adult" without much problem, I assume that the vast majority of us are not part of the privileged minority that can make a living from gaming, right? It is important to consider this because as we grow up and as time passes over us, our relationship with video games changes, sometimes for the better and sometimes for the worse.
Although I have many tangible and concrete wishes (I am dying to see the third installment of No More Heroes and to have a Nintendo Switch in my hands to play) I must also admit that I constantly struggle with my own loss of interest for the whole medium in general.
Thanks to video games, I had several of the most pleasant experiences of my life, whether it is facing fascinating stories like The Last Of Us or enjoying simple but mechanically entertaining titles like the recent Rocket League for mobile devices, I have never committed the sin of associating videogames with something childish, I hope that they accompany me all my life.
But it is difficult, one begins to grow and the responsibilities multiply, the time that we used to spend with a gamepad in our hands begins to being dedicate to rest or share some time with our loved ones, while watching a movie or a series becomes a form much more effective form of entertainment even if it is sacrificing our active role in the narrative.
What I want to get to is that I feel that precisely this would be my great Christmas gaming wish: not only to have the time to enjoy video games, but to preserve what has made me adore them since I was a child, to have that ability to immerse myself in an experience of any nature and absorb what all those beautiful pixels have to offer me.
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Una de las primeras cosas que se me pasan por la cabeza cuando pienso en “Mi gran deseo Gamer” (reforzado por varios de los post que he leído en esta comunidad) es que existen dos ángulos diametralmente opuestos con los que puedo afrontar esta premisa, uno de ellos es bastante materialista y tangible mientras que el otro resulta un poco más etéreo.
La parte curiosa es que ambos ángulos existen en simbiosis y desde mi humilde punto de vista es imposible hablar de uno de ellos ignorando la existencia del otro, pero déjenme explicarlo mejor.
Como muchos usuarios de esta plataforma podría definirme como un “adulto” sin mucho problema, yo asumo que la gran mayoría de nosotros no forma parte de la minoría privilegiada que puede vivir del gaming, ¿O no? Es importante considerar esto porque a medida de que vamos creciendo y que el tiempo pasa sobre nosotros nuestra relación con los videojuegos va mutando, a veces para bien y a veces para mal.
Aunque tengo muchos deseos tangibles y concretos (Me muero por ver la tercera entrega de No More Heroes y tener un Nintendo Switch en mis manos para jugar) también debo admitir que lucho constantemente con mi propia pérdida de interés por todo el medio en general.
Gracias a los videojuegos he vivido varias de las experiencias más gratas de mi vida, ya sea poniéndome frente a historias fascinantes como The Last Of Us o disfrutando de títulos simples pero mecánicamente entretenidos como el reciente Rocket League para dispositivos móviles, nunca he cometido el pecado de asociar los videojuegos con algo infantil, yo espero que me acompañen toda la vida.
Pero es difícil, uno empieza a crecer y las responsabilidades se multiplican, el tiempo que antes invertíamos con un gamepad en las manos empieza a dedicarse a descansar o a compartir con nuestros seres queridos, mientras que ver una película o una serie se convierte en una forma de entretenimiento mucho más efectiva aunque sea sacrificando nuestro rol activo en la narrativa.
A lo que quiero llegar es que siento que precisamente este sería mi gran deseo gamer para navidad: no solo tener el tiempo para disfrutar de los videojuegos, sino conservar aquello que me ha hecho adorarlos desde que era un niño, tener esa capacidad para sumergirme en una experiencia de cualquier naturaleza y absorber todo lo que esos hermosos píxeles tienen para ofrecerme.
Twitter/Instagram: Alxxssss
