In the previous chapter we defeated a Centaleon and obtained the necessary resources to embark on the main mission of purifying the divine beast, however, before continuing with said mission which will surely be quite extensive, I wanted to return to the areas I had yet to discover and explore a bit more.
My goal was a specific watchtower, it was far away, but I expected to find interesting things on the way, and luckily I did. First I met a vendor who showed me a new mechanic; that of sliding with my shield on the high hills and descending quickly. Something I might never use considering I have the paravela, but it was fun to try it out.
Shortly after I met Obab again, the big kolog that allows me to increase my equipment capacity in exchange for Kolog seeds. Taking advantage of the fact that I had a few of them, I increased the capacity of my weapon inventory.
In that same place was the village from the previous chapter, the one that helped me find one of the places marked in the photos. I don't know if it was a real coincidence or the game makes him appear every now and then to give you a little help. Either way he gave me directions again, this time to a new place.
After this I did not encounter anything else, it was a quiet and unsurprising path to the watchtower, however, after activating it something interesting happened. When I jumped from it and descended with the paravela, I fell into an unknown area that teleported me to a kind of forested labyrinth. Inside this labyrinth there were some torches and a lot of fog, if you deviated too much from the path you started again from the beginning, it took me several tries to understand how it worked.
Finally, after several attempts I found the right path and when I managed to get out, I was at the entrance of the Kolog forest. Inside this forest was one of the greatest treasures; The master sword, stuck in a stone waiting for someone to claim it. I admit that in this part I got excited, however, the thing would not be so easy, since the sword tests anyone who tries to pull it out and I was no exception.
When I tried to take it out, I failed enormously, apparently a greater amount of hearts is necessary to achieve it, so, for the moment, I can only get stronger and come back when I have increased my hearts.
Depressed for not having been able to pull out the sword I decided to return to the Zora tribe, in spite of everything my little exploration trip had been worth it, so I could now continue the main story and purify the first divine beast.
To purify it first we had to access it, and to achieve that it was necessary to weaken its defenses a little, so, with the help of the prince of the tribe, we jumped into the sea and the battle began. The beast defended itself by throwing ice cubes at us, which we had to break in mid-flight. When we broke them all, we could approach it and use our electric arrows to disable its modules.
Once the beast's defenses were deactivated, it was possible to access its interior. The interior could be described as a great riddle, since as soon as we enter we will see different mechanisms that we will have to activate in specific ways. There will also be some enemies, but they are little, the complexity is clearly in the puzzles that we will solve.
After completing all the puzzles, we can head to the core of the beast to purify it, but just before doing so a new enemy will appear, a kind of guardian that will do everything possible to stop us. Here will begin a battle that, at least in my case, seemed quite easier than I expected, I do not know if this is because it is the first beast that I purify or perhaps because all the exploration I did before reaching this moment made me a little above the level. Be that as it may, defeating it was simple and as a reward it gives us a heart container.
With the guardian defeated we can now complete our mission, by activating the core of the beast we see how the red color is removed and becomes blue, in turn, doing this begins to manifest the spirit of Mipha, one of the legendary champions who died in battle. Mipha gives us her healing power, a new ability that will allow us to revive if we die in battle. She also lets us know that we can count on her in the final battle against Ganon, with her spirit she will command the divine beast and support us.
With a purified divine beast, we can now return to our adventure and head to another objective. After this main mission I will dedicate myself to continue exploring and discovering the world, I will definitely try to earn enough hearts to get the master sword, I would like to have it in my hands for the next chapter, but we'll see.
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En el capítulo anterior derrotamos a un Centaleon y obtuvimos los recursos necesarios para embarcarnos en la misión principal de purificar a la bestia divina, sin embargo, antes de continuar con dicha misión que seguramente será bastante extensa, quise regresar a las zonas que me faltaban por descubrir y explorar un poco más.
Mi objetivo era una atalaya en concreta, quedaba lejos, pero esperaba encontrarme cosas interesantes en el camino, y por suerte así fue. Primero me encontré con un vendedor que me enseñó una nueva mecánica; La de deslizarme con mi escudo por las altas colinas y descender rápidamente. Algo que quizás no use nunca teniendo en cuenta que tengo la paravela, pero fue divertido probarla.
Poco después me volví a encontrar a Obab, el kolog grande que me permite aumentar la capacidad equipo a cambio de semillas Kolog. Aprovechando que tenía unas cuantas aumenté la capacidad de mi inventario de armas.
En ese mismo lugar estaba el aldeano del capítulo anterior, el que me ayudó a encontrar uno de los lugares marcados en las fotos. No sé si fue una coincidencia real o el juego hace que aparezca cada cierto tiempo para darte una pequeña ayuda. Sea como sea me volvió a dar indicaciones, esta vez sobre un nuevo lugar.
Luego de esto no me encontré con nada más, fue un camino tranquilo y sin sorpresas hasta la atalaya, sin embargo, luego de activarla ocurrió algo interesante. Al saltar de ella y descender con la paravela, caí en una zona desconocida que me teletransportó a una especie de laberinto boscoso. Dentro de este laberinto había unas antorchas y mucha niebla, si te desviabas mucho del camino volvías a empezar desde el principio, me tomó varios intentos entender cómo funcionaba.
Finalmente, luego de varios intentos hallé el camino correcto y cuando logré salir, estaba en la entrada del bosque Kolog. Dentro de este bosque se encontraba uno de los tesoros más grandes; La espada maestra, clavada en una piedra esperando que alguien la reclamase. Admito que en esta parte me emocioné, sin embargo, la cosa no sería tan fácil, ya que la espada pone a prueba a todo aquel que intente sacarla y yo no era la excepción.
Al intentar sacarla fracasé enormemente, al parecer es necesario una cantidad mayor de corazones para lograrlo, por lo que, de momento, solo me queda fortalecerme más y regresar cuando haya aumentado mis corazones.
Deprimido por no haber podido sacar la espada decidí regresar a la tribu de los Zora, a pesar de todo mi pequeño viaje de exploración había valido la pena, por lo que ya podía continuar la historia principal y purificar a la primera bestia divina.
Para purificarla primero había que acceder a ella, y para lograr eso era necesario mermar un poco sus defensas, por lo que, con la ayuda del príncipe de la tribu, nos lanzamos al mar y comenzó la batalla. La bestia se defendía arrojándonos cubos de hielo que debíamos romper en pleno vuelo, al romperlos todos, podíamos acercarnos a ella y usar nuestras flechas eléctricas para deshabilitar sus módulos.
Una vez desactivada las defensas de la bestia, ya era posible acceder a su interior. El interior podría describirlo como un gran acertijo, ya que nada más entrar veremos distintos mecanismos que deberemos activar de formas concretas. También habrá alguno que otro enemigo, pero son poca cosa, la complejidad está netamente en los puzles que resolveremos.
Luego de completar todos los puzles, podremos dirigirnos al núcleo de la bestia para purificarla, pero justo antes de hacerlo aparecerá un nuevo enemigo, una especie de guardián que hará todo lo posible para detenernos. Aquí comenzará una batalla que, al menos en mi caso, me pareció bastante más sencilla de lo que me esperaba, no sé si esto se debe a que es la primera bestia que purifico o quizás a que toda la exploración que hice antes de llegar a este momento me hizo estar un poco por encima del nivel. Sea como sea el derrotarlo fue sencillo y como recompensa nos entrega un contenedor de corazón.
Con el guardián derrotado ya podemos completar nuestra misión, al activar el núcleo de la bestia vemos como se elimina ese color rojo y pasa a estar en color azul, a su vez, al hacer esto comienza a manifestarse el espíritu de Mipha, una de los campeones legendarios que murió en batalla. Mipha nos hace entrega de su poder curativo, una nueva habilidad que nos permitirá revivir si morimos en combate. También nos hace saber que podemos contar con ella en la batalla final contra Ganon, con su espíritu comandará la bestia divina y nos apoyará.
Con una bestia divina purificada, ya podemos regresar a nuestra aventura y ponernos rumbo a otro objetivo. Después de esta misión principal me dedicaré un poco a seguir explorando y descubriendo el mundo, sin duda mi intención es ganar suficientes corazones para lograr sacar la espada maestra, me gustaría tenerla ya en mis manos para el próximo capítulo, pero ya veremos.
