El suelo es un recurso natural que proporciona agua, nutrientes y soporte a las plantas. Un suelo sano se caracteriza por presentar un equilibrio entre sus tres componentes: componente biológico, químico y físico; el cual asegurará producción agrícola sostenible y con un mínimo impacto ambiental.
A pesar de la importancia de los tres componentes, las características biológicas son las menos consideradas cuando se efectúa un estudio de fertilidad de suelo. Esto sucede a pesar de su reconocida contribución y participación en los procesos de formación de suelo y en su fertilidad.
El componente biológico del suelo últimamente se relaciona con su salud. Es así que un suelo sano posee una comunidad muy variada de macro y microorganismos, los cuales intervienen en funciones como la descomposición y mineralización de la materia orgánica, formación y estabilización de los agregados en el suelo, y como una fuente de reserva lábil de elementos nutritivos. Así mismo, los microorganismos participan en todos los ciclos fundamentales, como es el ciclo del carbono, nitrógeno, azufre, fósforo y hierro.
También debemos tener presente hay ciertas condiciones con influencia en la actividad microbiana de los suelos, como los cambios climáticos, condiciones geográficas, las mismas propiedades físicas y químicas del suelo, la contaminación y manejo de suelo generado por el mismo hombre.
Por eso es importante llevar a cabo prácticas que nos ayuden a mantener el componente biológico del suelo y así conservar su salud como el uso de cubiertas, incorporación de materia orgánica, promoción de la diversidad de cultivos (no monocultivo), empleo de abonos verdes, etc.
Un suelo vivo es un suelo sano y por consecuencia más productivo.
Soil is a natural resource that provides water, nutrients and support to plants. A healthy soil is characterized by presenting a balance between its three components: biological, chemical and physical component; which will ensure sustainable agricultural production with minimal environmental impact.
Despite the importance of the three components, the biological characteristics are the least considered when conducting a soil fertility study. This happens despite its recognized contribution and participation in the processes of soil formation and its fertility.
The biological component of the soil is ultimately related to its health. Thus, a healthy soil has a very varied community of macro and microorganisms, which are involved in functions such as the decomposition and mineralization of organic matter, formation and stabilization of aggregates in the soil, and as a labile reserve source of elements. nutritious. Likewise, microorganisms participate in all the fundamental cycles, such as the cycle of carbon, nitrogen, sulfur, phosphorus and iron.
We must also bear in mind that there are certain conditions that influence the microbial activity of the soil, such as climate change, geographical conditions, the same physical and chemical properties of the soil, contamination and soil management generated by man himself.
That is why it is important to carry out practices that help us maintain the biological component of the soil and thus preserve its health, such as the use of covers, the incorporation of organic matter, the promotion of crop diversity (not monoculture), the use of green manures, etc.
A living soil is a healthy soil and consequently more productive.