En estos días tuve una emergencia de esas que se presentan en momentos inoportunos. Me habían terminado un trabajo de reparación de una pared y de pronto apareció una mancha amarillenta, indicación de que había quedado una filtración.
Me puse en contacto con otro albañil y luego de volver a romper parte del trabajo que se había hecho determinó que era por la parte del desagüe de un lavamanos. El señor terminó su trabajo un sábado y dejo instrucciones de no usar el lavamanos hasta el domingo.
Pero al abrir la llave el domingo había una gotera en el piso. Volví a llamar al albañil y determinó que debíamos cambiar unas piezas para lo que necesitaríamos un silicón sellante, ya estábamos cerca del mediodía.
Usualmente en mi vecindario hay una ferretería que abre los domingos hasta el mediodía, pero por algún motivo no abrió ese domingo. Nos fuimos entonces a ver donde conseguíamos algún sitio que pudiera tener el sellador.
El señor amablemente aceptó acompañarme en la aventura de ver si conseguíamos un lugar que tuviese el producto. La cosa no pintaba nada bien puesto que todos los sitios habituales estaban cerrados.
De pronto alguien nos dijo que en el sector por donde andábamos habían puesto dos negocios nuevos de venta de repuestos de motos. Mi acompañante dijo que era probable que allí tuviesen un silicón que pudiera servirnos. Sin nada que perder y mucho que ganar fuimos al sitio sugerido.
Al llegar al local me encontré con una muchacha muy atenta y conocedora del negocio. Le pregunté si tendría algún sellador que pudiera servirme y me dio dos productos para que se los llevara al señor que me acompañaba, él seleccionó uno.
Como la muchacha tenía disposición me puse a conversar con ella. Le pregunté si esa venta de repuestos era rentable y respondió que era el mejor negocio que había hecho en los últimos años, sin pensarlo mucho me hizo un breve resumen de sus andanzas empresariales.
Comentó que antes de decidirse a poner esa venta de repuestos había incursionado en un negocio de venta de artesanías que ella misma producía, le encantaba lo de las manualidades pero la rentabilidad era muy baja “y hay que comer…usted sabe…”, con ese estuvo un tiempo pero al final las ventas decayeron. Luego lo intentó con una venta de comida rápida, la mantuvo casi un año pero tampoco le pareció muy rentable.
Hace poco alguien le dijo que el mejor negocio del momento era la venta de repuestos de motos, lo que en realidad tiene mucha lógica dado el gran volumen de estos vehículos que se ven en la ciudad.
Antes de dar el paso se dedicó a averiguar todo lo que podía. Se asesoró con varios amigos que tienen motos para saber cuáles serían las partes más demandadas.
Un poco más difícil le resultó tomar contacto con los mayoristas distribuidores de repuestos, esa información es casi un secreto entre los dedicados al ramo, una forma de evitar la competencia.
Al final, hace cuatro meses, decidió iniciar su venta de repuestos con un inventario bastante modesto. Desde el principio su política ha sido trabajar todos los días de la semana de ocho de la mañana a ocho de la noche, además se ha concentrado en hacer de su negocio el más surtido en la zona, lo que debe haber logrado puesto que en el poco tiempo que duramos hablando hizo cuatro ventas.
Antes de despedirme le agradecí la información, le comenté que seguramente su conversación me inspiraría a escribir una publicación en un sitio donde hablo de los emprendedores. Muy bien me dijo, le doy el permiso, y no deje de decir en su escrito “que el domingo siempre es un buen día para las ventas…”
Siempre es reconfortante encontrarse gente como esa muchacha, que no se amilanan ante la adversidad, y tienen las antenas puestas de modo de cazar cualquier nueva oportunidad.
Gracias por tu tiempo.
These days I had one of those emergencies that come up at inopportune moments. I had finished a repair job on a wall and suddenly a yellowish stain appeared, indicating that there had been a leak.
I contacted another mason and after re-breaking some of the work that had been done, he determined that it was from a sink drain. The gentleman finished his work on a Saturday and left instructions not to use the sink until Sunday.
But when I turned on the faucet on Sunday there was a leak in the floor. I called the mason again and he determined that we needed to replace some parts and that we would need a silicone sealant, it was close to noon.
Usually in my neighborhood there is a hardware store that is open on Sundays until noon, but for some reason it was not open that Sunday. So we went to see where we could find a place that might have the sealant.
The gentleman kindly agreed to accompany me on the adventure to see if we could find a place that had the product. Things were not looking good since all the usual places were closed.
Suddenly someone told us that in the area where we were walking there were two new motorcycle parts stores. My companion said that it was likely that they had a silicone that could be useful for us. With nothing to lose and much to gain we went to the suggested place.
When we arrived at the store I met a very attentive and knowledgeable girl. I asked her if she had any sealant that could help me and she gave me two products to take to the man who accompanied me, he selected one.
As the girl was willing, I started to talk to her. I asked her if the sale of spare parts was profitable and she answered that it was the best business she had done in the last few years, without thinking too much about it, she gave me a brief summary of her business dealings.
She commented that before deciding to start selling spare parts she had ventured into a business selling handicrafts that she herself produced, she loved handicrafts but the profitability was very low "and you have to eat...you know...", she was with that business for a while but in the end sales declined. Then he tried a fast food business, with which he spent almost a year, but in the end he also decided that the profitability was not enough.
Recently someone told him that the best business of the moment was the sale of motorcycle parts, which actually has a lot of logic given the large volume of these vehicles that are seen in the city.
Before taking the plunge, he did as much research as he could. He consulted with several friends who own motorcycles to find out which parts would be most in demand.
It was a little more difficult for him to make contact with the wholesalers and distributors of spare parts; this information is almost a secret among those dedicated to the industry, a way to avoid competition.
In the end, four months ago, he decided to start selling spare parts with a fairly modest inventory. From the beginning, his policy has been to work every day of the week from eight in the morning to eight at night, and he has concentrated on making his business the best stocked in the area, which he must have achieved since he made four sales in the short time we spoke.
Before saying goodbye I thanked him for the information, I told him that surely his conversation would inspire me to write a publication in a site where I talk about entrepreneurs. Very well he told me, I give him permission, and be sure to say in his writing "that Sunday is always a good day for sales..."
It is always comforting to meet people like that girl, who are not daunted by adversity, and have their antennae set so as to hunt any new opportunity.
Thank you for your time.
Translated with DeepL.com (free version).
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