ITALIANO
Gli articoli su questo specifico argomento hanno il precipuo scopo di illustrare alcuni aspetti giuridico-amministrativi brasiliani.
Veniamo ora a dettagliare la questione casa in Brasile per chi divorzia o si separa e perde il visto: se riesce a venderla (e a prezzo di mercato), quei denari del ricavato gli faranno molto comodo, specie se costretto a rimpatriare in Italia o Spagna e ancor più aiuta in un paese latino, dove stavolta il cambio valuta favorisce i paesi ispanici. Ovviamente intendo casa che era stata comprata o costruita per intero dal malcapitato che ha perso il visto, senza che l'ex coniuge brasiliano vi avesse rimesso un centesimo. Sempre e quando però non ne debba comunque per legge la metà all'ex coniuge o al coniuge separato, il che avviene in qualunque ipotesi se il regime matrimoniale è la comunione dei beni. Nel caso invece della comunione parziale, cioè il regime ordinario in Brasile (occhio: quest'istituto giuridico non esiste nel codice civile italiano o quantomeno non esisteva finchè non ero partita), nulla si deve all'ex coniuge o coniuge separato se si riesce a dimostrare che la casa era stata comprata attraverso fondi guadagnati precedentemente al matrimonio oppure ereditati dalla famiglia di origine, in quest'ultimo caso sia pure in costanza di matrimonio. Resta però il fatto che vendere una casa a prezzo di mercato in soli 90 giorni è alquanto utopico. Inoltre, una casa invenduta, sia pure se abbandonata, continua a generare l'imposta comunale sugli immobili, con l'aggravante che le case abbandonate diventano facilmente alvo di occupanti abusivi. Magari pure gli stessi parenti dell'ex coniuge, quando non perfetti sconosciuti.
E non sia mai un giorno si riesca a a fare ritorno in Brasile per sistemare la questione casa, chiunque divorziato o separato, quando persona non influente, molto probabilmente è isolato e dunque privo di protezione in un paese straniero. Provarvi a cacciar via gli occupanti abusivi, sia pure con l'intervento delle forze dell'ordine, potrebbe costare finanche la pelle, alla peggio, specie se gli occupanti abusivi sono coinvolti in qualche giro di traffico di droga.
I diritti quesiti hanno proprio lo scopo di evitare aberrazioni come queste, ma dato che vengono disattesi alquanto facilmente, bisogna giocare d'anticipo per non rimanere fregati, se proprio s'incappa in un divorzio o separazione legale. I prossimi articoli, dunque, saranno dedicati alle dritte evita-rogne che conosco. La filippica continua.
Ps.: immagine Pixabay 100% free (https://pixabay.com/it/photos/agente-immobiliare-casa-vendita-1116777/) per sdrammatizzare
ESPAÑOL
Los artículos sobre este tema específico tienen como objetivo principal el de ilustrar algunos aspectos que se refieren a la aplicación práctica de algunas leyes brasileñas.
Pasamos ahora a detallar la cuestión de la casa en el Brasil para los que se divorcian o separan y pierden la visa: si consiguen venderla (y a precio de mercado), el dinero de la venta les sentará muy bien, sobre todo si se ven obligados a repatriarse a Italia o España, y más aún en un país latino, donde, esta vez, el cambio de divisa favorece a los países hispanos. Obviamente, me refiero a una casa que había sido comprada o construida en su totalidad por el desdichado que perdió su visa, sin que el ex cónyuge brasileño haya gastado un centavo. Sin embargo, también en ese caso hay que averiguar si por lo de las leyes no se debe la mitad al ex-cónyuge o cónyuge separado, lo que ocurre si el régimen matrimonial es la comunión de bienes. En cambio, en el caso de la comunión parcial *, es decir, el régimen ordinario en el Brasil, no se le debe nada si el ex cónyuge extranjero puede demostrar que compró la casa con fondos ganados antes del matrimonio. Tampoco se le debe algo si esos fondos fueron heredados de la familia de origen del ex cónyuge extranjero, en este último caso incluso durante el matrimonio.
Sin embargo, vender una casa a precio de mercado en tan solo 90 días es bastante utópico. Además, una casa no vendida, aunque esté abandonada, sigue generando el impuesto municipal sobre bienes inmuebles, con la agravante de que las casas abandonadas se convierten fácilmente en el hogar de los okupas. Tal vez incluso los propios familiares del ex cónyuge, cuando no se queda ocupada por simples desconocidos.
Y mejor nunca volver a Brasil para solucionar el tema de la vivienda, incluso si un día surgiera esa posibilidad: un extranjero divorciado o separado, especialmente si no es alguien influyente, lo más probable es que también esté aislado y por consecuencia sin protección en un país que no más es el suyo. Intentar echar a los okupas, incluso con la intervención de la policía, podría costarle el pellejo, en el peor de los casos. Sobre todo si los okupas están involucrados en el narcotráfico.
Los derechos adquiridos pretenden evitar aberraciones como estas, pero como los burócratas difícilmente los llevan en cuenta, hay que adelantarse para no hundirse, en el caso en que uno se tope con un divorcio o una separación. Los próximos artículos, por lo tanto, estarán dedicados a las pistas que conozco para evitar tamaños percances. El papeleo continúa.
- Nota: esta institución jurídica, o sea, la comunión parcial, no existe en el código civil italiano, o por lo menos no existía hasta que me mudé.
Ps.: imagen Pixabay 100% free (https://pixabay.com/it/photos/agente-immobiliare-casa-vendita-1116777/) para quitar hierro al asunto