
Hoy simplemente me dejé llevar por el momento. Sentarme sobre la arena calientita, sentir cómo el sol acaricia mi piel y dejar que el mundo se detenga un ratito. A veces eso es todo lo que una necesita: un espacio para respirar, reconectar y sonreír sin razón.
Este lugar me recuerda que lo simple puede ser lo más especial. El viento suave, el sonido del mar a lo lejos y yo, sintiéndome en paz. No hay filtros cuando te sientes bien contigo misma. Hoy mi alma también brilla como este bikini blanco.