¡Hola a todos! Hoy quiero compartirles un pedacito de mi mañana, una que se transformó de rutinaria a verdaderamente inspiradora. Como muchos de ustedes, mis días suelen empezar con una sesión de práctica, ese momento crucial para afinar mis habilidades y concentrarme en mis objetivos. Pero esta mañana, decidí añadirle un toque especial: una banda sonora cuidadosamente seleccionada.
Empecé con varias pistas cristianas. A medida que pasaban los minutos, puse canciones con un poco más de energía, algo que me diera un empujón. Es curioso cómo unas buenas melodías pueden cambiarte el ánimo y hasta cómo te desempeñas. De repente, lo que al principio era solo "practicar" se sentía un poco más ligero, casi como si la música le diera un aire diferente a cada repetición. Hubo momentos donde la concentración era total, y el ejercicio que hacía se mezclaba con la canción que sonaba.
Esta pequeña prueba de ponerle música a mi práctica me gustó bastante. No solo me mantuvo más enfocada, sino que hizo que el tiempo pasara más rápido y con mejor ánimo. Amo tanto adorar a Dios.