


Desde mi pequeño rincón en casa, cada día es una nueva aventura. Mientras atiendo a mis clientes, que van desde estudiantes apurados por sus trabajos hasta pequeños negocios con grandes proyectos, encuentro un momento para otra de mis pasiones: ¡las selfies! Sí, puede sonar curioso, pero para mí, cada foto es un pequeño recordatorio de lo que he logrado y de los desafíos que he superado. Son un testimonio visual de mi jornada, capturando esos instantes únicos entre la atención al público, la recarga de papel y la configuración de una impresión perfecta.
Mis selfies no son solo imágenes; son la prueba de que se puede emprender con pasión, de que cada cliente es una oportunidad de crecer y de que, incluso en la rutina diaria, hay momentos para celebrar. Así que, entre copias y sonrisas, sigo construyendo mi sueño, una foto a la vez.