


Spanish
¿Y si nos tomamos un café?
Esta expresión seguramente es muy común para todos. La verdad es que el día de muchos de nosotros comienza con un café. Y las jornadas de muchos transcurren acompañadas de un café.
En los días fríos… ¿qué hacemos? Nos tomamos un café.
Y cuando las cosas parecen no fluir… ¿qué hacemos? Pues, un break para ir por un café.
Aunque estemos a toda máquina y el día esté lleno de cosas pendientes, posiblemente podemos llamar a algún compañero de trabajo o a un amigo, y salir por ese café —y esa conversación muchas veces aleatoria— que nos ayuda a relajarnos un poco, realinear los chakras (como digo yo), y continuar.
A veces, incluso, nos vienen nuevas ideas o encontramos soluciones para eso que estaba un poco trabado.
Eso me pasó recientemente con una amiga. Aunque estábamos a toda máquina entre laboratorio, clases y escritura, logramos alejarnos un rato para disfrutar de esa maravillosa bebida y, por supuesto, ponernos al día.
Así que siempre quedará en el aire esa dulce invitación:
¿Y si nos tomamos un café?
English
This phrase is probably very familiar to all of us.
The truth is, many of our days start with a cup of coffee. And for many, the day flows with coffee.
When it’s cold, what do we do? We grab a coffee.
And when things aren’t flowing well? What do we do? We take a break… and go for a coffee.
Even when we’re running at full speed and the day is packed with tasks, sometimes we can call a friend or a coworker, and just step away for a while — for that cup of coffee and that spontaneous conversation that often helps us breathe, relax, and as I like to say, realign the chakras.
Sometimes, it even brings new ideas or helps us untangle something that felt stuck.
That happened to me recently with a friend. We were deep in lab work, classes, and writing, but we managed to step aside and enjoy that wonderful beverage — and, of course, catch up.
So the invitation is always there, floating in the air:
How about a coffee?