





Hoy estuve jugando un rato con mi pequeño perrito. Se llama Maxi, es chiquitico pero muy travieso. Bueno, realmente su nombre es Maximiliano, pero le digo Maxi cariñosamente.
Me lo regaló una amiga que sabe muy bien que me encantan los perros y me quiso sorprender… ¡y vaya que sí lo hizo!
Desde que llegó a casa, Maxi se ha vuelto mi mejor compañía. Tiene una energía que no se agota nunca, y a veces parece que su misión del día es esconderme una media o morderme los cordones. Aun así, me hace reír con sus ocurrencias y siempre está ahí, moviendo la colita, dándome amor sin pedir nada a cambio.
Hoy lo saqué a correr un poco por el patio y jugamos a perseguir una pelota. Aunque es pequeño, tiene una velocidad impresionante. Después de tanto correr, se tiró panza arriba a tomar aire, y yo no pude evitar tirarme a su lado a abrazarlo. Son esos momentos los que le dan color a mis días.
Today I spent some time playing with my little dog. His name is Maxi; he's tiny but very mischievous. Well, his actual name is Maximiliano, but I affectionately call him Maxi.
A friend gave him to me, who knows very well that I love dogs, and she wanted to surprise me... and boy did she!
Since he arrived home, Maxi has become my best companion. He has endless energy, and sometimes it seems like his mission of the day is to hide a sock from me or bite my shoelaces. Even so, he makes me laugh with his antics and is always there, wagging his tail, giving me love without asking for anything in return.
Today I took him for a run in the yard and we played chase with a ball. Although he's small, he's incredibly fast. After all that running, he rolled onto his back to catch his breath, and I couldn't help but throw myself at his side and hug him. It's moments like these that add color to my days.