






Hoy cumplió años uno de mis hermanos mayores, y lo celebramos en familia para dedicarle un rato y disfrutar juntos este nueva oportunidad de vida.
Mi hermano Julio es muy especial, es invidente, pero no de toda la vida, su vista se fue hace unos años y todos hemos tenido que reaprender a vivir en su nuevo mundo. Por ejemplo, hoy yo estuve sosteniendo frente a él un puñado de maní, esperando que los agarrara hasta que recordé que no podía ver. (En familia nos reímos de estas anécdotas) y lo mejor es que el nos enseña con su ánimo que sólo es una forma distinta de andar en la vida.
Junto a mi otro hermano mayor charlamos un rato y escuchamos música, rock específicamente que es su género favorito.
Le llevé unos chocolates de regalo, que es su dulce preferido y durante un rato conversamos sobre el tiempo, la vida y la muerte mientras nos tomamos unos tragos de ron.
Amo estos pequeños espacios con mi familia, y la celebración de cumpleaños son una excusa perfecta para disfrutarlos.
Al final picamos una deliciosa torta de chocolate y quesillo, estaba deliciosa, pero solo me comí la mitad, pues como buena venezolana le lleve un pedacito a mi papá que por su condición con el cáncer no puede salir de casa.
Mi hermano hoy nos compartió muchas cosas de su nueva condición, por ejemplo nos contó que está escribiendo varios relatos usando un programa especial en la computadora para invidentes, donde todos los procesos se escuchan. Me siento tan orgullosa de ver que a pesar de esto sigue trabajando por sus sueños.
Sigamos celebrando la vida de los que amamos.
Gracias por ser parte de este pedacito de mi vida.
Un abrazo.
Zully. 🥰
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Imágenes propias.