


Desde hace más de 10 años he ido viendo como muchos de mis familiares han tomado otros rumbos. Ver que hermanas, sobrinos, sobrinas, primas y amigos van dejando una vida para hacer otra en fronteras lejanas.
Recién estos últimos dos años, algunos han vuelto por breves momentos, por diversas razones y eso ha permitido un reencuentro bonito, y aunque se vuelven a esos países donde ya han hecho una vida, tenerlos un ratito es motivo de felicidad.
Siempre que alguno llega, nos reunimos, como en este caso que estuvimos compartiendo con sobrinos que llegaron de Chile, y que pronto se devuelven. Tener a la familia regada por el mundo no es algo fácil de digerir, pero forma parte de una realidad social que no podemos negar.
En mi caso, me da tranquilidad saber que aquellos que ya no están en este país han logrado tener mejor calidad de vida, y eso ya es un motivo para agradecer, en caso de hermanas y sus hijos, que al final se aman como si fueran propios.
Compartir con la familia es algo que recarga las baterías, y en mi caso, necesario para seguir avanzando. Este encuentro me hizo bien, ojalá hayan muchos otros en un futuro cercano.
Gracias por ser parte de este pedacito de mi vida.
Un abrazo gigante 😊
Zully🥰
Imágenes propias.