Hola a tod@s
Cuando llega finales de septiembre significa que empieza la temporada de setas, y siempre que hay oportunidad me escapo al monte a ver si encuentra alguna. Me encanta después cocinarlas, y se pueden hacer de muchas maneras distintas.
Las 2 especies que he cocinado este fin de semana son el lactarius deliciosus o níscalo y el boletus edulis o champiñón silvestre, que son 2 de los más preciados por esta zona. De hecho el primero es el más común y es más fácil de encontrar porque busca humedad y hay más cantidad. Respecto al segundo busca sotobosque, no tanta humedad y algo menos de luz, y es más complicado encontrarlo. Ahora bien, su sabor es espectacular.
Dar un mordisco de boletus edulis es un placer para el paladar, ya que es muy fino e intenso. De hecho, todos los años vienen en temporada a comprar estos hongos a los particulares que salimos por el monte para posteriormente llevarlos a los mercados, donde los propietarios de restaurantes los compran para hacer cremas de champiñón.
Esta vez los he preparado de manera muy sencilla. Con aceite de oliva virgen extra y unos ajos cortados para que le dieran un buen aroma. El resultado, como siempre, muy bueno y no ha quedado nada. Unos amigos nunca los habían probado y les ha encantado, así que seguro que repiten ;)
Una de las tareas más complicadas es dejar las setas bien limpias, no solo de la tierra o ramitas que puedan tener, sino también de visitantes que en muchas ocasiones tienen. Hablo de los gusanos, que aprovechan el momento y se adentran en las setas para alimentarse. Es fácil detectarlos y limpiarlos, aunque un poco entretenido.
Sin más, os dejo con algunas imágenes de la preparación del plato.
Espero que os haya gustado 😊 y que tengáis muy buen día 🌞. Un saludo