En la reseña Reinventarse: Tu segunda oportunidad, les había comentado acerca de la diferencia entre una emoción y un estado de ánimo. En esa ocasión, expliqué cómo los estados de ánimo podían influir en nuestra salud. Por otra parte, mencioné que a diferencia de los estados de ánimo las emociones eran sentimientos momentáneos. Hoy me gustaría abundar acerca de una emoción que Gary Chapman describe en este libro como una emoción poderosa porque involucra el cuerpo, la mente y la voluntad, se trata del enojo.

Normalmente el enojo puede ser incómodo tanto para nosotros como para las personas con las que convivimos. Sin embargo, el enojo no es malo, simplemente es una reacción ante una situación en la que percibimos que algo está mal o que es injusta. Gary Chapman describe dos tipos de enojo, el definido y el distorsionado. El enojo definido se refiere a una situación en la que se genera una injusticia que nos hace sentir impotentes. Por ejemplo, alguien lo agredió física o psicológicamente, alguien toma lo que le pertenece o alguien comete una imprudencia y no asume la responsabilidad. Por otra parte, está el enojo distorsionado, el cual se genera de un simple disgusto con la pareja o algún familiar, frente a alguna situación de insatisfacción y algunas otras situaciones que no están justificadas por la transgresión moral.

En este libro el autor nos propone cómo podemos identificar cuando nuestro enojo es distorsionado y cómo podemos manejarlo. Esto me parece importante porque en algunas ocasiones no somos conscientes que un enojo distorsionado puede dañar en un instante todo lo que hemos construido por años incluyendo las relaciones laborales, familiares o conyugales. Una de las estrategias para manejar el enojo distorsionado la describo a continuación.

Para manejar su enojo el primer paso es reconocer de forma consciente que usted está enojado, luego debe contenerse de responder porque en ese momento pueden salir palabras ofensivas. El siguiente paso es buscar la razón de su enojo, en donde podrá reflexionar sobre lo que lo hizo sentir ofendido y la gravedad del asunto. Luego debe analizar sus opciones, es decir, cómo responder a la persona que cometió la falta, en este paso puede escribir o decir para usted mismo todo lo que le molesto y luego pensar si lo mejor es pasar por alto la ofensa o confrontar a la persona. El último paso es emprender una acción constructiva, si decidió confrontar a la persona hágalo de forma amable.