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El escenario es un gimnasio, varios hombres hacen ejercicios en los diferentes aparatos.
Suena un celular y uno de los que está en una caminadora se baja de la misma y lo toma.
HOMBRE: -Aló.
La voz de la mujer, que responde en el otro lado de la línea se escucha en off.
MUJER: - Amor ¿Estás en el gimnasio?
HOMBRE: -Sí
MUJER: Yo ando en la calle, salí a ver si compro algunas cosas, sabes que me fastidia estar sola en la casa.
HOMBRE: -Te entiendo. ¿Y para que llamaste?
Pausa
MUJER: (Con voz melosa)-Estoy en la joyería y hay unas cadenas y unos aros de oro que me gustan, me debes el regalo de aniversario ¿Recuerdas?
HOMBRE:- A cada rato me lo recuerdas, no se me puede olvidar.
MUJER: -¿Puedo comprarlos? Así dejo de fastidiarte.
HOMBRE.- Está bien y cómprate también un bolso que te haga juego
MUJER: - Gracias mi amor, otra cosa, ¿Recuerdas el carro que me dijiste me comprarías en navidad y por la muerte de tu hermano no pudiste hacerlo?
HOMBRE: -No me digas que al fin te ha gustado uno, tienes 6 meses indecisa.
MUJER: -Si, vi en la agencia que está frente a la joyería un Toyota que está en oferta y solo queda uno. ¿Puedo comprarlo?
Pausa
HOMBRE: -Está bien pero que te den todos los accesorios, así haya que pagar más.
MUJER: -Una última cosa.
HOMBRE (Deteniéndola) –Se acabaron las compras.
MUJER: -Si amor, no es nada para comprar. ¿Te acuerdas que te dije que mi mamá se quiere venir a vivir con nosotros? yo sé que no se llevan bien, pero está tan solita desde que todos nos casamos. ¿Qué tal si le digo que pase un mes con nosotros para ir probando?
Pausa.
HOMBRE: (Pensativo) –Está bien, pero no e pidas nada más.
MUJER: (Pegando un grito de alegría) –Gracias, te amo.
HOMBRE: -Yo también, tengo que seguir haciendo los ejercicios.
Se cierra la comunicación y el hombre grita.
HOMBRE: - ¿Alguien sabe de quién es este celular?