En nuestra vida, siempre podemos vivir nuestros logros con críticas de personas cercanas y ajenas de nuestro entorno, se ha normalizado de una manera en la que no debería, pues como he dicho en otras ocasiones, la idea es estar rodeado de personas que te sumen, y te motiven, más no lo contrario. Sin embargo, ocurre una situación en particular, y es cuando nosotros somos nuestra más destructiva crítica.

¡Hola, hola! Mis queridos lectores, hoy quiero tocar este tema para aquellos que se exigen de más, y está bien siempre querer superarnos, pero. ¿Qué ocurre cuando vamos más allá de los límites y nos hacemos daño?

Las críticas propias son algo muy normal, siempre vamos a buscar en superarnos en cualquier área en la que nos estemos desarrollando, más es alarmante cuando nuestros pensamientos negativos son los que se van volviendo dueños de tus pensamientos y comienzas a cuestionarte tus logros de una manera en que sólo miras que pudiste hacerlo mejor, y que eso es porque no realizar el esfuerzo suficiente, o porque eres un incompetente; estas son apenas pequeñas frases que terminamos diciéndonos para lastimarnos y hacernos llegar a sentir menos, también la necesidad de compararnos con los ajenos es una manera de que nuestra mente llegue a hacernos daño. A esto se le suele nombrar como “el dictador interno”.

Nuestra autoestima se ve gravemente afectada, y nuestras metas se vuelven más un temor al no fracaso, que a una superación, también las palabras que nos podríamos llegar a decir pueden ser más crueles que las de un ajeno, porque tendemos sólo a buscar la manera de hacernos sentir peor. Las críticas constructivas por más positivas que sean, nuestra mente la tergiversa y sólo lo vemos como un fracaso más. Es importante que esto no se normalice, o se vuelva algo natural en nuestra conducta, pues trae graves consecuencias como la depresión, baja autoestima, agotamiento, e incluso evitar buscar maneras de superación, caemos en un estancamiento por temor al qué dirán, y peor aún temor a nuestros propios pensamientos.

Eliminar esta parte de nosotros es complicada, pues de alguna manera esto nos conforma; pero sí se puede llegar a controlar, algunas actividades nos pueden ayudar, de manera en que buscar querer dejar de lado esa voz interna, sea parte de superación.

—Acudir a un profesional.
—Leer libros de autoayuda, o autoestima.
—No ser tan crueles con nuestras palabras, pues hay que recordar que la ley de la atracción es muy fuerte, y todo lo que desees puede hacerse posible; cuidado.
—Intentar ignorar las críticas destructivas, y buscar seguir adelante por nosotros, no por nadie más.
—Rodearte de verdaderas amistades que te apoyen, y te acompañen en ese proceso.

Nunca está de más que queramos salir adelante y querer ir más allá de nuestras metas, sin embargo todo tiene un límite y no por eso debemos buscar lo negativo para herirnos, todos tenemos un por qué estar en este plano terrenal, y lo más interesante de saber qué es, es los caminos que elegimos y los conocimientos que obtenemos, no debemos exigir más de lo que nuestra mente puede, para evitar esa voz que está ahí latente de poder dominarte, nosotros podemos ser más fuertes.

¡Muchas gracias por leer mi post! Espero que tengan una hermosa semana.