
Últimos minutos
No me he estado sintiendo bien desde hace un rato, estoy débil.
No puedo volar, por más corto que sea el camino.
No alcanzo la comida o siquiera el agua.
Mis patas se sienten pesadas,
mi pequeño cuerpo se tambalea al intentar avanzar.
En mi pecho, mi corazón late con prisa.
Me siento agotado, cansado, sin fuerzas...
Y es ahí cuando le noto cerca,
intenta ayudarme y falla.
Está asustada, triste...
Ella lo sabe.
Las demás se acercan,
Mi corazón se rompe.
Ellas lo saben.
Dentro de mí, les agradezco por amarme.
...
No quiero dejarlas, no de esta manera,
pero puedo sentir la vida escapando de mí
y a mi corazón ir cada vez más lento.
Mi respiración se dificulta más y más con cada segundo que pasa,
ellas me ven con sus ojos vidriosos,
hace ya un buen rato que no tengo fuerzas para despedirme,
para decir adiós.
Lo lamento, realmente lamento irme así.
...
Puedo sentir un leve tacto sobre mis alas, se repite una y otra vez,
es una caricia.
La fatiga, el dolor, todo comienza a desvanecerse.
Y es con su caricia apenas perceptible,
un contacto lleno de aprecio y bondad,
y con la mirada puesta en ellas,
que exhalo mi último aliento y me dejo ir.
Hay presencias y perdidas que dejan huella en el alma.
Gracias por llegar hasta aquí, gracias por leer.