Crecí en un ambiente hostil, donde algunos vicios estaban a la orden del día, y el alcohol, puedo decir, era el menos dañino de todos. Aunque en algún momento de mi vida, como muchos adolescentes, incurrí en eso de que los fines de semana, en reunión con amigos, no podía faltar algún tipo de bebida "para pasar bien el rato", no llegué a más, nunca, ni siquiera llegué a fumar, porque no es algo que me agradara.
Incluso, justo ahora puedo decir que es algo que no me agrada en lo absoluto, el olor del cigarro es particularmente aborrecible para mi, y he optado siempre por mantenerme lejos de los fumadores, porque la verdad, sé muy bien lo que eso produce en nuestra salud. Y puedo decir que incluso paso meses sin probar una gota de alcohol, no es algo que me atraiga.

Ahora, esto tiene una base, y es el hecho de que cuando niño y adolescente en mi barrio vi que muchas familias se desintegraron producto de los excesos de consumo de alcohol, incluso muchos amigos muy cercanos fueron muy agredidos porque sus padres eran alcohólicos, y cuando ya estaban bajo los efectos de esta droga, cualquier excusa era suficiente para propinar una golpiza a ellos o a su madre.
Por tal motivo, me aleje de todo esto, de manera radical, no quería que en mi familia ocurriera algo parecido, y mucho menos ser yo protagonista de ningún problema relacionado con ingesta de alcohol, así que tomé mi decisión siendo muy joven, y la he mantenido, en realidad no es algo que me haga falta para divertirme.
No digo que nunca me he acercado a una cerveza, de hecho, en diciembre lo hice, para compartir en familia me tome un par de ellas, pero antes de eso no había tomado ni una en todo el año. Hago alusión a todo esto, porque definitivamente que lo que uno vive en etapa infantil y de juventud marca para toda la vida, y de cierta manera va a depender mucho la manera en la que uno asuma esa realidad.

Particularmente decidí mantenerme al margen de todo consumo, sin embargo, sé que algunos amigos asumieron como "normal" el consumo, quizás asumieron la conducta de su padre como si fuera algo normal, como si así tenía que ser, y sé de algunos que siguen cayendo en las mismas conductas que vivieron de sus padres cuando eran pequeños.
Me parece que es un gran error, sin embargo no soy quien para juzgar, cada cabeza es un mundo, y sé muy bien que en la mayoría de los casos ameritan terapia para poder superar esas realidades y no caer en la repetición.
Es un tema difícil, pero es una realidad, y creo que la mejor manera de superar algo es enfrentándolo.
