
Confesiones parte final
Mi última visita al psicólogo me ayudo más de lo que imagine. Por primera vez en casi 10 años de cesiones; lo disfrute, cada palabra, cada detalle que expresaba me hacia feliz. Compartir he identificar cada causa de felicidad, incluso sonreír.
Estos tres meses que han transcurrido me han hecho cambiar lo que soy, lo que era. Tengo amigos muy agradables, ya no tengo pensamientos suicidas, no por el momento. Dejé la medicación, estoy en pocas palabra mucho mejor. La relación con mi madre esta cada vez mejor, quiero que esto dure, no quiero que solo sea un bonito sueño.
Quede en verme con Scott al finalizar mi consulta, por lo que tomo camino hacia el instituto. Scott es mi mejor amigo, no hay nadie como él. Le he contado muchas cosas de mi vida, muchos secretos. Es un gran apoyo para mí, me escucha siempre y eso me agrada. Aunque hay una cosa que no le he dicho, me gusta un chico, la verdad quiero hablar pronto con él y decirle.
Al salir de la consulta, la tercera en esta semana; siento vibrar el celular en el bolsillo trasero de mi pantalón; Scott, pienso de inmediato. No muchas personas tienen mi número de teléfono, por lo cual, tiene que ser importante. Enciendo la pantalla y me fijo que dice: “tienes un mensaje nuevo”.
Lo abro. Es Alex, él es un gran chico, fue el que me ayudo cuando me pelee con aquella chica rubia, muy amable y me agrada mucho. Me enfoco en el mensaje que recibí cuando superficialmente leo: "Necesito hablarte de algo importante, te veo a las 4:30pm fuera del instituto. Miro el reloj son las 4:15pm debo apresurarme si quiero llegar a tiempo. Tomo el casco que se encuentra sobre mi motocicleta nueva y me lo coloco, apresuradamente enciendo el motor y me pongo en marcha hacia mi destino.
Estoy muy intrigada por eso tan importante, en este momento estaría mordiéndome las uñas si no tuviera que conducir. Alex esta enfermo, tiene problemas cardíacos desde que nació, se ha sometido a múltiples cirugías, eso lo hace un chico especial desde mi punto de vista.
Aunque tengo tiempo sin hablar con él directamente, siempre pregunto por él en la enfermería, la enfermera siempre esta informada. La última vez que hable con ella, me dijo que no se encontraba muy bien, que su condición estaba empeorando. Estoy muy preocupada, más de lo que me imaginaba.
Al llegar a la curva cerca del instituto, logro divisar a lo lejos una persona sentada en el banco, bajo el árbol de cerezo. Detengo la motocicleta justo en frente, me saco el casco y le sonrío. Alex se coloca de pie para recibirme. Quedo atontada por unos segundos.
Rápidamente me siento en el banco, se nota que él está muy preocupado, le sudan las manos y está algo distraído. Entonces, tomo la iniciativa diciendo:
—Entonce, ¿Qué me tenias que decir? — Alza la mirada.
—Es algo delicado, tengo dos cosas para contarte, una muy mala y otra no tan mala. ¿Cuál prefieres escuchar primero?
—La muy mala primero, anda dilo ya —digo de forma impaciente.
—Voy a morir.
Quedo sin palabras, la verdad no esperaba tal noticia. Ahora, no encuentro palabras ni formas de expresar como me siento.
—Pero, ¿Cómo es eso posible? ¿No hay otra solución? —estoy tan asustada que no puedo escuchar mis propias palabras, solo los latidos de mi corazón retumbándome en la cabeza.
—La hay, pero no es nada seguro. Necesito un donante, pero es muy difícil encontrar uno.
—Ahora, dime la no tan mala.
—Creo que te amo, es algo cruel de mi parte decirte esto, pero no quiero irme sin que lo sepas.
Si antes quede sin palabras, ahora olvidé como hablar. Estoy feliz y triste al mismo tiempo ¿es esto posible? ¿estoy en un mal sueño?. Hago a un lado todos mis pensamientos, tengo que responder algo.
—Yo —me interrumpe.
—Gracias por todo, no tienes que decir nada si no quieres.
—Yo, no quiero perderte, eres especial para mi —mis mejillas arden como carne en estufa, espero que entienda lo que quise decir.
—Quiere decir que tú... ¿no te gusta Scott? —se muestra impactado y algo confuso, pero entendió el punto.
—Sí, tal como dije, me gustas
Noto que Alex dirige su mirada hacia algo detrás de mi, me giro a ver que es, entonces, lo miro. Scott se ve decaído, seguro escucho nuestra conversación, o por lo menos las últimas palabras pronunciadas por mi boca. Aunque no me arrepiento de decirlas, me siento mal por él, ya conocía sus sentimientos; pero aun así le hice daño, al igual que hago con todo lo que me rodea.
—Lo siento, soy una mala amiga, no te mereces esto.
—También lo siento, nunca te dije lo que sentía por tí, sin embargo, ya sabias.
Hay muchas cosas de las que me arrepiento en la vida, quizás esta sea una de ellas, no lo se, quizás.
La persona que amo está apunto de morir, mi mejor amigo esta distante por ser una torpe y no aclarar este asunto desde el principio. Todo el castillo de naipes de derrumbó, de nuevo. Me odio, pero eso no soluciona nada ni ayuda en algo.
No fui a la escuela por unos días, no tengo moral para verle la cara a Scott en estos momentos. Quiero pasar cada minuto, cada segundo que queda junto a Alex, no lo quiero perder. No es mucho, pero estoy feliz de estar con él.
A la semana siguiente, el doctor nos informa que salio un donante compatible. Estoy tan feliz en este momento que creo que voy a llorar. Si todo sale bien puedo pasar años de mi vida al lado de la persona que quiero. Con todo, estoy preocupada, esta cirugía es muy riesgosa pero es la última oportunidad.
Pregunté por el donante, pero no me dieron ningún tipo de información sobre él. Solo queda confiar.
Pautaron la cirugía para mañana a primera hora, intento comunicarme con Scott para darle la noticia, pero al igual que antes, no contesta mis llamadas; me odia.
Hoy es el día, tengo un hueco en el estomago, solo quiero que todo salga bien.
Durante las horas de cirugía veo como entran y salen enfermeras de la sala de operaciones, esto me angustia ¿Qué esta pasando?
Desesperadamente me retiro al baño a llorar, es lo único que se me ocurre en estos momentos llorar; por favor, por lo que mas quieras, déjalo salir de ésta.
Después de otra hora de espera, por fin, el doctor sale por la puerta. Algo anda mal, su cara expresa sin palabras lo que nunca quise escuchar.
—Lamento mucho su perdida, hora de muerte 5:30am —sus palabras destrozan todo dentro de mi.
Antes de irse me entrega una carta, diciendo que es de parte del donante. La abro y leo:
"Querida Ada, si estas leyendo esto es porque ya he muerto, a veces hay que sacrificar algunas cosas en la vida. Hoy por amor a tí, sacrifico mi vida por tu felicidad, quiero que seas feliz con Alex. Sé que no te puedo entregar mi corazón, pero se lo voy a regalar a la persona que alegrará el tuyo. Atentamente: Scott".
Esto no puede estar pasando, es una mentira. Primero Alex, ahora Scott; ya no tengo razones para seguir luchando. Mi único deseo es morir.