Today was a day that will mark a before and after in my life. I got up early, as we resumed our visits to the doctor's office that we had put aside for a few days due to the large number of work commitments I had. The first day was taken to accompany my mom to the dentist, as she had some treatments pending.
The wait was a bit long, but my mom was calm and relaxed during the whole consultation. The doctor did some surgery and took some stitches, but she was not discouraged. Although I was anxious to know if she was really feeling okay or if she was just enduring the pain, my mom would barely raise her hand to affirm that she was in excellent condition.
Meanwhile, I continued to be amazed by his behavior. After two long hours in the office, he got up and we returned home. As we left to get the bus home, it seemed as if nothing had happened.
Once home, we stopped by the pharmacy buying some antibiotics and anti-inflammatory and pain pills, as well as some soft things for him to eat, as the doctor recommended that he eat cold things and soups, creams, avoiding all grains.
On Friday we will go to the doctor again to have the stitches removed, but that's how my day was today: quite hectic because, even though everything seemed fine, I couldn't stop worrying and thinking about how she would be feeling if she was really in pain or not.
This experience made me reflect on the importance of accompanying our loved ones through difficult times. My mom showed me that even in the most challenging situations, we can find the strength and courage to get through them.
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Spanish Version
Hoy fue un día que marcará un antes y un después en mi vida. Me levanté temprano, ya que volvimos a retomarnos nuestras visitas a las consultas médicas que habíamos dejado de lado por algunos días debido a la gran cantidad de compromisos laborales que tenía. El primer día lo tomamos para acompañar a mi mamá al odontólogo, ya que tenía algunos tratamientos pendientes.
La espera fue un poco larga, pero mi mamá estuvo tranquila y relajada durante toda la consulta. La doctora le hizo una cirugía y le tomó algunos puntos, pero ella no se desanimoó. A pesar de que me inquietaba saber si realmente se sentía bien o si estaba solo aguantando el dolor, mi mamá apenas levantaba su mano para afirmar que se encontraba en excelentes condiciones.
Mientras tanto, yo no dejaba de sorprenderme por su comportamiento. Después de estar dos largas horas en la consulta, se levantó y regresamos a casa. Al salir a buscar el autobús para regresar a casa, parecía como si nada hubiera pasado.
Una vez en casa, pasamos por la farmacia comprando algunos antibióticos y pastillas antiinflamatorias y de dolor, así como algunas cosas blandas para que pudiese comer, ya que la doctora recomendó que comiera cosas frías y sopas, cremas, evitando todo tipo de granos.
El viernes nuevamente iremos al médico para que le retire los puntos, pero así estuvo mi día hoy: bastante agitado porque, a pesar de que todo parecía estar bien, no podía dejar de preocuparme y pensar en cómo se estaría sintiendo ella si realmente tenía dolor o no.
Esta experiencia me hizo reflexionar sobre la importancia de acompañar a nuestros seres queridos en momentos difíciles. Mi mamá me demostró que incluso en las situaciones más desafiantes, podemos encontrar la fortaleza y el coraje para superarlas.
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