Capitulo 2

Ahora me encontraba caminando solo a la universidad, Tom luego de lo sucedido ayer en el baño no podía siquiera verme a la cara, estaba actuando muy raro. ¿No se supone que ambos somos hombres? No debería importar que lo viera desnudo... ¿O si?

Ni siquiera me miraba cuando estábamos cenando, hoy se fue antes que yo a la universidad. No entiendo que le pasa.

Luego de caminar por unos minutos más llegue a mi destino. Al entrar me dispuse a ir a la clase que me tocaba.

Al entrar en salón estaba solo, excepto por la chica de pelo azul que nos menciono sobre lo que había pasado con el profesor el día anterior.

-Hola.- Hablo ella quitando la mirada del libro que se encontraba leyendo.

-Hola.- Respondí un poco seco. La verdad no te la ánimos de ha lar con ella.

-Veo que somos los únicos que vinimos a clases hoy.- Menciono algo desanimada la peli-azul.

Luego de eso tome asiento, saque el libro que había comprado unos días atrás pero que no vía leído debido al poco tiempo que tenia.

Al empezar a leer podía sentir que la mirada de la peli-azul encima de mi, haciéndole sentir incómodo. Luego de unos minutos en un silencio total, aun con su mirada puesta en mi por fin habló.

-¿No quieres comer algo?.- Mencionó levantándose de su asiento caminando hasta donde me encontraba.- Cerca de aquí queda un café.

Luego de pensarlos unos segundos me decidí a ir con ella, de todos modos no había comido nada gracias a Tomas que no me despertó.

-Esta bien, supongo.

Ella no respondió nada tan solo sonrió. Se que llevaba poco tiempo conociéndola, pero en lo poco muy poco tiempo que llevo conociéndola no la había visto sonreír ni una sola vez. Y me da la impresión de que no es una persona que lo haga muy a menudo.

Levantandome de me haciendo la seguí a la salida para ir al café a comer algo.

-¿Que libro era el que estabas leyendo hace un momento?.- Preguntó curiosa.

-Estaba leyendo "El chico de las estrellas".- Respondí algo apenado.

-¿De verdad? Yo quiero leer ese libro pero no lo he encontrado en ninguna librería.- Dijo emocionada.- ¿Donde lo encontraste?

-Lo compre en una librería llamada "Wild Horses".

-¿Wild Horses?.- Preguntó con fundida.- Nunca había odio de esa librería. Y ¿que hay con el nombre?.- Mencionó lo ultimo con una pequeña risita.

-Es nueva, no es muy conocida. Yo pensé lo mismo con respecto al nombre, osea que clase de persona le pone a una librería Wild Horses.- Dije también riendo.

Luego de caminar un rato por fin llegamos al café.

Al entrar me quede algo sorprendido, yo nunca había venido a este lugar, era elegante y a la vez no. No se como explicarlo tan solo me encantó el lugar.

Buscamos una mesa libre y nos sentamos. Yo estaba mirando para todos lados, observando cada detalle del hermoso lugar en donde me encontraba.

-Es lindo ¿no?.- Hablo la peli-azul sacandome de mis pensamientos.

-Si, nunca había venido aquí.

-Ahora que lo recuerdo no te he dicho mi nombre, que distraída soy. Me llamo Marina, un gusto.- Dijo con una gran sonrisa mientras me tendía su mano.

-El mio es Ryuda, el gusto es mio.- Hable devolviendo la sonrisa.

Yo no era una persona muy sociable ni mucho menos conversadora pero esta chica me caía realmente bien. Admito que hasta a mi me parece extraño que una persona me agrade tanto y mucho mas raro es que fuera en tan poco tiempo de conocernos, pero... Ella tiene algo que... No se como explicarlo pero algo de ella me llama la atención y no se que es.

-¿Ya han decidido que pedir?.- Pregunto un chico rubio de ojos azules.

-Bueno...

-Quiero un pastel de chocolate con una malteada del mismo sabor y a la malteada coloque le todo lo que viene adicional. Y para el chico lo mismo que a mi.- Pidió Marina sin siquiera haber visto el menú.

-Emm... Yo no tengo tanto dinero.- Mencioné algo apenado.

-No te preocupes por el dinero, después de todo fui yo quien te invito a comer.- Dijo con una sonrisa.

-¿Estas segura...?

-Claro, no te preocupes.

Luego de unos cuantos minutos llego el mismo chico rubio con lo que había pedido Marina.

-¡Oh por Dios!- Exclame al ver lo que habían traído.- Esto se ve delicioso.

-Tienes que probarlo ahora para que sepas lo que es bueno.- Dijo ella llevándole el primer bocado de su pastel. Y poco tiempo después yo hice lo mismo.

-Esto esta exquisito.- Mencioné mientras disfrutaba de tal sabor que tenia este pastel.- ¿Como supiste que me gustaba el chocolate?

-No lo se. Tan solo fue una suposición. Por cierto ¿viste al chico rubio que nos vino a traer el pedido?

-Si, ¿que hay con el?.- Pregunte confundido.

-No para de verte.- Dijo emocionada.- De seguro le gustas.- Exclamó tratando de ahogar un grito.

-Q-que cosas di-dices.- Dije tratando de no sonar nervioso, cosa que no logré.

-Que tierno eres, serias un uke perfecto.

-¿¡Que!? ¿uke?.- Pregunte sorprendido.- Yo nunca seria el uke, y además ¡yo no soy gay!

-Si, si, lo que tu digas.- Dijo sarcástica mientras reía.

Luego de pasar unas horas hablando con Mariana recordé que hoy te la que ir a trabajar.

Me despedí de ella y luego me fui a casa de Tomas para darme una dicha y cambiarme para luego ir a trabajar.

Hablando de Tom ¿donde se había metido hoy? No lo había visto en toda la mañana ¿me estará evitando? No... Que cosas pienso.

Al llegar a casa de Tom me di cuenta de que tampoco estaba en casa. A donde se habrá metido ese tonto...

Ya eran las 4:30pm iba muy tarde al trabajo, normalmente Tom siempre me llevaba al trabajo pero aun no lo he visto hoy. Pero eso no importa no voy a dejar que un estúpido me afecte.

Ya en el bus pude ver al mismo rubio que se encontraba en el café al que fui con Marina.

Me lo quede viendo por unos segundos, por alguna razón no podía apartar la mirada de aquel rubio. Al paso de unos minutos el volteó a verme, lo que me hizo apartar rápidamente mi la mirada.

-Ya casi llegamos a la siguiente parada.- Se escucho decir por unos de los altavoces que se encontraban en el bus.

Al llegar a la parada donde me tenia que quedar para poder ir al trabajo note que el chico rubio también se bajo del bus. Por acto de reflejo -tal ves- salí corriendo. ¿por que? Eso ni yo mismo lo se.

Por alguna razón ese chico me daba una gran incomodidad, me hacia sentir extraño, sentía una vibra extraña en el y la verdad no me gustaba para nada.

Por fin había llega al restaurante donde trabajaba, estaba todo cansado, con la respiración agitada de tanto correr, pero eso no me podía impedir hacer mi trabajo bien.

-Llegas cinco minutos tarde.- Mencionó una voz que al instante reconocí. Era el gerente Sebastian, no era mala persona pero es muy quisquilloso.

-Lo siento, tuve un contratiempo.- Dije sin mirarlo a los ojos.

-Que te dije sobre las excusas.- Me miro con el ceño levemente fruncido y me arrojó el uniforme que me debía poner.- Tan solo ve a alistarte rápido y comienza a trabajar.

-Esta bien.- Respondí aliviado, pensé que me iba a regañar como lo hace siempre.

-Por cierto.- Me hablo antes de que pudiera ir a cambiarme.- Hoy vamos a tener una reunión muy importante con unos clientes de muy alto nivel social, aquí hoy trabajaremos hasta las dos de la madrugada.

¿Que? ¿hasta las dos?

Esta iba a ser una muy larga noche...

Ya eran mas de las dos de la mañana, yo me tenia que quedar cerrando el restaurante, porque me tocaba a mi esta semana, así que estaba solo en aquel lugar. Era un gran fastidio la verdad, pero no me podía quejar ya que la paga era muy buena, y yo en realidad necesitaba el dinero.

Ya luego haber terminado de limpiar y cerrar el local, me dispuse a caminar a la parada para ver si había algún bus a esta hora.

Le podría decir a Tom que venga a buscarme.- Pensé mientras sacaba el teléfono para marcar su numero, pero me envió directo al buzón. Guardando el teléfono disgustado me dispuse a seguir caminando.

Mas adelante pude ver que se encontraban unos cuantos chicos hablando, algo nervioso empecé a caminar mas rápido para evitar sus miradas, pero de nada sirvió.

-¡Hey! Tu, ven aquí.- Me llamó unos de aquellos hombres. Pero no me hice caso y seguí caminando aun mas rápido.- ¿Acaso no escuchas?.- Dijo esta aun mas cerca de mi, cuando voltee mi mirada me di cuenta de que estaba atrás de mi.

-¿Puedo ayudarlo en algo?.- Dije tratando de sonar lo mas sereno posible.

Aquel hombre me quedo mirando de arriba a abajo, podía sentir como su mirada recorría todo mi cuerpo, como si me estuviera desnudando con ella.

-Eres muy apuesto.- Dijo el haciendo una seña para que los otros que andaban con el se acercaran al lugar donde me encontraba con aquel sujeto.

Ya me violaron.- Fue lo único que pensé al ver como aquellos hombres se acercaban cada vez mas a mi.

Uno de ellos me tomo de la mano, a lo que yo le di un manotazo y salí corriendo, pero otro me tomo del brazo logrando que no me diese tiempo escapar, tenia miedo.

-Dejenme ir malditos bastardos.- Era lo que decía, sabía que no serviría de nada, pero... No sabia que mas hacer, tan solo me quedaba pedir ayuda a gritos a ver si alguien podía escuchar, pero no había muchas probabilidades que eso pasara.

-Gritar no te servirá de nada, este lugar esta con plenamente solo así que tan solo tienes que disfrutar lo que te vamos a hacer.- Dijo unos de los hombres tomando mi mano y colocándola en su miembro.

No quiero esto, ¿por que me tienes que pesar cosas así?

Me tenían sujeto de los brazos y me tenían habían puesto de rodillas, por mas que intentará zafarme de su agarre no podía.

Al ver que el mas grande de aquellos cuatro hombres se estaba empieza do a desabrochar el pantalón me desespere, comenzando a gritar y forcejear como loco. Cuando de pronto, de las sombras salio alguien, por su silueta podía ver que era un hombre, pero no podía ver su cara.

De pronto aquel sujeto empezó a golpear y derribar uno por uno a aquellos hombres que me querían violar. Todo fue tan rápido, de un momento a otro los cuatro hombres se encontraban en el suelo inconscientes.

-¿Estas bien?.- Pregunto la persona que me había salvado, tendiendome su mano para que me levantara del suelo.

Cuando me levante y pude ver su cara mas de cerca me di cuenta de que ya lo había visto antes, y la verdad era que si, era el chico rubio del café.

-¿Quieres que te lleve a casa? Ha estas horas no vas a encontrar un bus que te lleve a tu casa.- Se ofreció.

-¿Que haces aquí?.- Pregunte aún en shok. ¿me estaría siguiendo.

-De nada por cierto.- Dijo evitando mi pregunta.

-Gracias, supongo... Pero ¿que haces aquí? ¿Acaso me estas siguiendo?

-¿Porque yo te tendría que estar siguiendo?

-No evites mi pregunta.- Respondí enojado al ver que era la segunda vez que lo hacia

-Bueno.- Suspiro pesadamente.- Tan solo estaba dando una vuelta para luego irme a casa, pero escuche a alguien gritando pidiendo ayuda y vine a ver que era y te encontré a ti.

Me quede en silencio sin saber que decir.

-Entonces te llevo a casa o vas a esperar hasta mañana para tomar un bus.- Mencionó sarcástico.

-¿Tienes auto?.- Pregunté algo dudoso.

-Si.

-Pero tu tomaste el bus.

-Mi auto estaba en el taller.- Respondió algo enojado por tantas pregunta de mi parte.- Vas a dejar que te lleve a tu casa o que. Esto parece un interrogatorio.

-Esta bien, disculpa.- Dije aceptando que me llevara a casa, no tenia otra opción, no quería que pasara de nuevo algo como lo de hace un momento o peor...

Luego de eso el empezó a caminar haciéndome una seña con su mano para que lo siguiera y eso hice. Luego de caminar unos minutos encontramos un auto lujoso, supongo que tiene dinero, pero... Si tienes dentro ¿por que trabaja en un café?

-Vas a subir o te quedaras parado todo la noche pensando.- Hablo mientras abría la puerta del auto y entraba.

Sin decir ni una sola palabra subí al auto.

Lo último que hice fue darle la dirección de la casa de Tom. Luego de eso no volvimos a hablar mas. Todo estaba en total silencio, pero así era mejor la verdad era que no quería hablar con el.

Sin darme cuenta ya habíamos llegado.

-¿Es aquí?.- Pregunto.

-Si, muchas gracias por traerme, y también por salvarme.- Dije algo apenado mientras abría la puerta para salir.

-No tienes porque agradecerme. Además ¿para que tanto musculo? ¿para tenerlos de adorno?.- Dijo sarcástico.

Ese imbécil, como se atreve.

Sin mas cerrado la puerta del auto muy enojado y me fui a la casa.

Al entrar pude ver que no había nadie, pues y era obvio porque ya eran mas de las tres de la mañana.

Me fui rápido al cuarto para poder dormir lo que quedaba de la noche, cuando entre me di cuenta de que Tom no estaba.

¿Tom aun no ha vuelto? No creo seguro debe estar durmiendo en otra habitación. Pero...

mejor ya dejo de darle tantas vueltas al asunto y me voy a dormir. Y sin mas me quede dormido al instante.

Bueno, ese fue el segundo capitulo de mi historia, espero les gustara :'v. Sin más, me despido.