The starry sky and the power outage
In the gloom of a rapturous night, a cut of light takes possession of existence, plunging the world into an unbearable silence. Darkness hovers like a heavy cloak, and the senses, devoid of their usual brilliance, seem to lose themselves in the vastness of the abyss. Yet, amidst the blackness, the sky stands like an eternal canvas, painted with thousands of twinkling eyes watching from above.
The stars, eternal witnesses of our lives, shine with melancholy splendor. In the midst of the coldest solitude, their distant light reminds us of the beauty we can find even in darkness. Each spark is a lament, a whisper from the universe that speaks to us of lost dreams and stifled hopes. And so, as my housing development faces its blackout, the firmament becomes a refuge, a reminder that, though time stands still, the soul can always find solace in stellar splendor.
Thus, my soul soars, dancing among the constellations, seeking answers in the immensity to so much governmental idleness. The starry sky, though distant, embraces our lament, intertwining our stories in a symphony of light and shadow. In the darkest night, thinking when the light will come.
Translated with DeepL.com (free version)
En Español
El cielo estrellado y el corte de luz
En la penumbra de una noche arrebatada, un corte de luz se adueña de la existencia, sumiendo al mundo en un silencio insoportable. La oscuridad se cierne como un manto pesado, y los sentidos, desprovistos de su habitual fulgor, parecen perderse en la vastedad del abismo. Sin embargo, entre la negrura, el cielo se erige como un lienzo eterno, pintado con miles de ojos titilantes que observan desde lo alto.
Las estrellas, eternas testigos de nuestras vidas, brillan con un esplendor melancólico. En medio de la soledad más fría, su luz distante nos recuerda la belleza que podemos encontrar incluso en la obscuridad. Cada chispa es un lamento, un susurro del universo que nos habla de sueños perdidos y esperanzas ahogadas. Y así, mientras mi urbanización enfrenta su apagón, el firmamento se convierte en refugio, un recordatorio de que, aunque el tiempo se detenga, el alma siempre podrá hallar consuelo en el esplendor estelar.
Así, mi alma se eleva, danzando entre las constelaciones, buscando respuestas en la inmensidad a tanta desidia gubernamental. El cielo estrellado, aunque distante, se abraza a nuestro lamento, entrelazando nuestras historias en una sinfonía de luz y sombra. En la noche más oscura, pensando cuando vendrá la luz.