Hola que tal, les habla una Gemela, hoy les voy a contar desde mi experiencia como es vivir como hermana gemela.
No vengo hablar de lo típico, del de donde provienen los gemelos, no. Esa historia y clase ya la he tenido que dar varias veces. Les vengo a escribir desde mi perspectiva lo que es vivir como gemela.
Y les soy sincera me encanta ser Gemela, el tener un hermano que te acompañe, te entienda con solo mirarte y te apoye y peleen toda la vida, me motiva. El confundir a la gente, eso me divierte; que conste no lo hacemos a propósito. Tener a tu lado a una persona que te sienta y entienda desde el nacimiento, es un lazo que un gemelo puede compartir, más un sinfín de cualidades jeje.
Les soy sincera, lo que más me encanta de nosotras es nuestro parecido, eso nos hace únicas y también amo nuestras diferencias. No obstante, no todo tiende a ser bueno. Sí, nos encanta ser gemelas, pero desde que naces, ya te tienen un calificativo para identificarte y no de forma individual, sino en plural. Es como si viniéramos en un combo, en el momento en que nacemos, ya venimos al 2x1.
Nosotras ya nacimos con ese calificativo, y no el de gemelas, aquí en Venezuela (no sé si en otra parte del mundo) nuestra familia ya nos identificaba como morochas. Esto no viene de nosotras, no; uno de los requisitos para tener gemelos, es tener parientes que tuvieran gemelos. Así pues, unos primos de mi papa son gemelos (también les llaman morochos), mi abuela materna tenia primas gemelas (también les decían morochas). He ahí la santidad del nombre.
Morochas. Si nos llegan a conocer no nos van a presentar por nuestros nombres; no, te van a decir: “te presento a las morochas”. Claro que no era el único apodo que teníamos, algo más que reflejaba, no técnicamente nuestra individualidad, sino una diferencia era, gorda y flaca, claro era de cariño, solo nos decían así nuestros familiares, pero al mismo tiempo nos calificaban, gorda y flaca. No, no nos molestaba y en ese entonces, no le dábamos importancia a los apodos, pero hoy en día, después de 20 años juntas, me cuestiono, el que no puedan todavía ni llamarnos por nuestros nombres.
¿Se los sabrán, si acaso...? Admito que yo estuve un buen tiempo, sin saber el nombre de los primos de mi papa (ni el mismo se acordaba). Es divertido, que nos confundan y confundir de vez en cuando a la gente, pero ya de rato conociéndonos, hay algunos que no pueden ni recordar cómo nos llamamos. Entonces, ¿Cómo nos conocemos verdaderamente a nosotras si ni siquiera los que están a nuestro alrededor saben identificarnos? No espero que nos busquen diferencias, o que busquen que tenemos de diferente en la cara o el cuerpo, sino que puedan apreciar nuestras individualidades y que nos conozcan y diferencien por eso. Bueno hasta aquí este post, nos leemos pronto.
