Greetings, dear friends, a virtual hug and many blessings. Today I want to thank my heavenly Father for this path called life, where we often find ourselves immersed in routine, stress, and the daily hustle and bustle, and sometimes in complaints that offer no solution, complaining or judging ourselves. However, today, like many other days, I usually pause and breathe deeply, letting my heart fill with healing peace. I feel wonderful gratitude for every step I've taken, for every obstacle I've overcome, and for every blessing life has given me. Many challenges and moments of uncertainty, fear, or sadness seemed to take hold of me, and today they are only memories I've overcome. I'm grateful to have lived them because it was there that I overcame them and found my true strength, my resilience. I'm grateful for the little things that brighten my day, from a hot cup of coffee, a pleasant conversation, the sunset, and the melody of a song. That's why I always choose gratitude. Because I know that when I'm grateful, my perspective on things changes and complaints are forgotten.
That's why we must view every fall as a lesson, every tear as a reminder of our ability to rise again, and every wound as a learning experience. And be grateful for each of the battles that make us wiser, stronger, more complete, and more blessed.
Saludos, queridos amigos, un abrazo virtual y muchas bendiciones. Hoy quiero agradecer a mi Padre celestial por este camino llamado vida, donde a menudo nos encontramos inmersos en la rutina, el estrés y el ajetreo diario, y a veces en quejas que no nos dan solución, quejándonos o juzgándonos. Sin embargo, hoy, como muchos otros días, suelo hacer una pausa y respirar hondo, dejando que mi corazón se llene de paz sanadora. Siento una gratitud maravillosa por cada paso que he dado, por cada obstáculo que he superado y por cada bendición que la vida me ha dado. Muchos desafíos y momentos de incertidumbre, miedo o tristeza parecieron apoderarse de mí, y hoy son solo recuerdos que he superado. Agradezco haberlos vivido porque fue allí donde los superé y encontré mi verdadera fuerza, mi resiliencia. Agradezco las pequeñas cosas que alegran mi día, desde una taza de café caliente, una conversación agradable, el atardecer y la melodía de una canción. Por eso siempre elijo la gratitud. Porque sé que cuando estoy agradecido, mi perspectiva de las cosas cambian y las quejas se olvidan.
Por eso debemos ver cada caída como una lección, cada lágrima como un recordatorio de nuestra capacidad de resurgir, y cada herida como una experiencia de aprendizaje. Y agradecer cada una de las batallas que nos hacen más sabios, más fuertes, más completos y más bendecidos.