We have a problem with compost. Chickens and dogs love it. It's very difficult to keep it away from these animals: they always find a loophole to get into the compost bin and do their thing. So we came up with an idea. Instead of having the compost bin inside the vegetable garden, as it is usually done, why not place it directly in the chicken run? We don't know if it's a good idea, but we've been trying it out for a few days now and so far it's working great.
When the chickens started to go into the garden compost bin, we had some fears. There are many ways to make compost. Some are almost like baking recipes, with rigorously measured ingredients. This is not our case. We make a "wild" compost, so to speak. The technique is very simple: everything that is organic goes into an open compost bin, basically a pile with some bricks to contain it. Even all the stuff that people say shouldn't be put in the compost. It may not be the best way to do it, but it's the only way that, for the time being, we can incorporate into an already complicated family routine. Chickens, for their part, will eat just about anything, but there are some foods that are supposedly off-limits and are often found in our compost, such as potato peels, dairy scraps and fruit seeds. The hens, however, were entering the compost bin regularly for a year or so and had no health problems, so we assume they know how to choose which foods to eat and which not to eat. In any case, between the chickens escaping into the garden and accessing the compost bin on a daily basis, and the compost bin being in the chicken run itself, there is not much difference.
One problem with placing the compost in the coop is that the amount of compost generated will be less. This is true, but the amount of feed eaten by the eight hens (who, in addition, have about 300 square meters to move freely and forage for their own food) will also be less. On the other hand, as the hens do not eat everything that is in the compost bin, part of it will be composted, in addition to the poop that the hens leave behind while they are in the compost bin. The circuit is also closed when we use the litter from the chicken coop (dry grass with a large amount of chicken poop) to fill the raised beds of the garden. Each bed is then transformed into a kind of additional compost bin, which, moreover, is not very conspicuous for the dog or the hens.
[SPA]
Tenemos un problema con el compost. Las gallinas y los perros lo aman. Es muy difícil mantenerlo alejado de estos animales: siempre encuentran un resquicio para entrar a la compostera y hacer de las suyas. Se nos ocurrió entonces una idea. En lugar de tener la compostera dentro de la huerta, como suele hacerse, ¿por qué no ubicarla directamente en el gallinero? No sabemos si es una buena idea, pero hace unos días que la estamos probando y por ahora viene funcionando de maravillas.
Cuando las gallinas empezaron a entrar a la compostera de la huerta, nos surgieron algunos temores. Hay muchas formas de hacer compost. Algunas son casi como recetas de pastelería, con los ingredientes medidos rigurosamente. No es nuestro caso. Nosotros hacemos un compost “salvaje”, por llamarlo de algún modo. La técnica es muy sencilla: todo lo que es orgánico va a una compostera a cielo abierto, básicamente una pila con algunos ladrillos que sirven para contenerla. Incluso todas las cosas que dicen que no deben colocarse en el compost. Quizás no sea la mejor forma de hacerlo, pero es la única que, por el momento, podemos incorporar en una rutina familiar ya de por sí complicada. Las gallinas, por su parte, comen casi de todo, pero hay algunos alimentos que supuestamente están prohibidos y que con frecuencia se encuentran en nuestro compost, como las cáscaras de papa, restos de lácteos y semillas de frutas. Las gallinas, sin embargo, estuvieron entrando a la compostera de manera regular durante más o menos un año y no tuvieron problemas de salud, por lo que suponemos que saben elegir qué alimentos comer y cuáles no. En todo caso, entre que las gallinas se escapen a la huerta y accedan a la compostera a diario, y que la compostera se encuentre en el gallinero mismo, no hay mucha diferencia.
Un problema de colocar el compost en el gallinero es que la cantidad de compost generada será menor. Esto es cierto, pero también será menor la cantidad de alimento que coman las ocho gallinas (que, además, tienen unos 300 metros cuadrados para moverse libremente y buscar su propia comida). Por otra parte, como las gallinas no comen todo lo que está en la compostera, una parte se irá compostando, a lo que se sumará la caca que las gallinas vayan dejando mientras están dentro de la compostera. El circuito, además, se cierra cuando usamos la cama del gallinero (pasto seco con una gran cantidad de caca de gallina) para rellenar los bancales elevados de la huerta. Cada bancal, entonces, se transforma en una especie de compostera adicional, que, además, no es muy llamativa para la perra ni para las gallinas.
Original in Spanish. Translated with Deepl.
All photographs are our own.
Original en español. Traducido con Deepl.
Todas las fotografías son propias.