Esta frase que te comparto en esta oportunidad, entra en el renglón de #LoLeíPorAhí. Desde que la encontré en Facebook pasó a formar parte de mi colección de frases y de actitudes para practicar en mi día a día. En ocasiones tengo éxito, en otras, fracaso estrepitosamente. ¿por qué caigo derrotado? Porque me creo el mejor. Porque considero que debo hacerle saber a otros que se equivocaron. Es inaudito que guarde silencio ante un error cometido. Ese otro ser imperfecto, con su equivocación, se ha ganado mi sagrada y (no) solicitada reprensión y debe escuchar o leer la inacabable sabiduría que emana de mi ser. (espero se esté entendiendo el sarcasmo, por favor).
La vida está repleta de personas regañonas. De seres humanos (y animales también) que les gusta corregir y reprender a otros. Individuos que “no pueden” evitar llamarle la atención sobre algún asunto a alguien. Usualmente, esos regaños no son solicitados. Los otorgan gratis y hasta vienen con un combo de gritos y agresiones físicas. Todo un coctel de lecciones que nos deberían cambiar la vida para siempre, sino somos tan escasos de inteligencia y poco agradecidos con nuestro reprensor (sigo con mi sarcasmo). Pero cabe la pregunta. ¿son malos los regaños? ¿cometemos un error al darlos? ¿somos personas con una moral y carácter cuestionables si los recibimos?
Antes de continuar, definamos las palabras claves en todo esto.
Corrección: es la reprensión o censura sobre un delito, falta cometida o defecto que tenga una persona.
Reprensión: es corregir y amonestar a alguna persona o animal.
La palabra reprensión, tiene varios sinónimos, como por ejemplo:
Regaño: son gestos y palabras de enfado a alguien que cometió un error.
Ambas palabras implican corrección y amonestación.
¿Es malo corregir? No. Honestamente, corregir, regañar y reprender son necesarios. Si alguien comete una falta debería ser corregido, de no hacerlo, se corre el riesgo que la cometa de nuevo. Así que, no está mal corregir.
Dirán ustedes:
“Entonces, Gary, ¿cuál es el detalle con el corregir en privado?
Te respondo: Ninguno, mi estimad@. Corregir en privado está más que bien (siempre que sepamos corregir y ese es tema para otro post). El problema con las correcciones, regaños y reprensiones, surge cuando se hacen en público. Es decir, cuando lastimosamente, invertimos la frase inicial. ”Elogiamos (si es que lo hacemos) en privado y corregimos en público”.

- Corregir en público es positivo… para quien corrige: alimenta su sentido de importancia, su ego se infla, siente que su poder es infinito y que su razonamiento es invencible. Ni hablar de su sabiduría. La persona que corrige, considera que es una fuente infinita de inteligencia, conocimiento y lógica. Es impensable no compartirla con otros. Además, su corrección y regaño son propensos a ser apoyados y aplaudidos por otros. Como seres humanos, susceptibles a la aprobación externa, nos sentimos satisfechos al saber que nuestro acto es apoyado. En fin, todo es cuestión de ego. Corregir en privado, también tiene su gusto especial, pero no tiene la emoción del público.
- Corregir en público es negativo para quien es corregido. Podemos afirmar con cierta arrogancia de tener la razón, que a ninguna persona le gusta ser regañada y reprendida en público. Psicólogos, sociólogos, especialistas en interacción y relaciones humanas coinciden en que ser corregido en público afecta la autoestima de los niños haciéndolos inseguros, susceptibles a la burla y la crítica. Pero no solo en los niños sucede esto. Ser corregidos en público genera en los adultos una sensación de vergüenza, lastima nuestro orgullo y nos pone a la defensiva. Es probable pues, que quien nos corrige, se encuentre con un auto que “al fallar” y apagarse y querer empujarlo no podremos hacerlo porque tiene el freno de mano activado. Por más que le hagamos ver su error y “le empujemos” para que avance, no lo lograremos. Se mantendrá en el sitio, ¿por qué? Porque no querrá dar su brazo a torcer y menos si es en público, ya que eso significaría una derrota y el orgullo de los seres humanos es muy grande como para admitir que se equivoca y mucho más cuando nos lo hacen ver con palabras de enfado, altisonantes, humillantes o con poco tacto.
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En la familia, comunidad de vecinos, grupos de trabajo en centros de estudio o empresas, es común encontrarse con personas regañonas. Es más, puede que tú seas una de ellas. Si ese es el caso, te sugiero pensarlo bien antes de seguir repartiendo correcciones por doquier. No haya nada más desagradable (y fastidioso) que una persona regañona. Es cierto que en ocasiones son pertinentes las reprensiones, pero aquí no se trata del “qué”, sino del “cómo” y el “dónde”. Si hemos de regañar, llamemos a la persona al privado, lejos del escarnio público y digámosle, con tacto eso sí, lo que consideramos fue su error o la falta que en efecto, cometió. Es un gesto que hace más grande y admirable a una persona. Infunde respeto y no miedo. Corregir en privado, salvaguarda el orgullo del amonestado y hasta podemos ganarlo como amigo, solo porque tuvimos el tacto, la sutileza y la educación, como acertadamente resalta la frase inicial, de llamarle la atención sobre un error en el silencio y la intimidad de un privado.
Se felicita en público y se corrige en privado. Corregir en privado no es la panacea. Se puede corregir así y aún humillar y denigrar. ¿Cómo corregir entonces? En la próxima publicación de @elcomentador daré algunos tips para lograr un “regaño” exitoso incluso si es en público. Porque repito, no se trata del "qué", sino también del “dónde” y el “cómo” hacerlo. También en una futura publicación, estaré compartiendo técnicas para responder a esos correctores que abundan en la vida y también, como era de esperarse, aquí en Hive.
¿Conoces a algún corrector/regañón en tu comunidad, familia o acá en Hive?
¿Eres tú uno de esos reprensores que les gusta corregir y de paso en público?
¿Tienes alguna experiencia siendo regañado o siendo tú el regañador? ¿Cómo te fue, terminó bien o mal la situación?
(Con las dos preguntas que siguen, tendrás la oportunidad de ser citado en nuestras próximas publicaciones sobre el tema).
¿Qué recomendaciones darías a aquellas personas regañonas para que modifiquen su conducta?
¿Algún tip para poder manejar situaciones incómodas cuando somos corregidos en público?
Gracias por leerme y comentar.
Original e inédito: G. S. Bilbao