Optimism, New Year, and coffee
Option 2
I had gone two months without coffee. The doctor told me that I had to take care of myself because of hypertension, and caffeine was not good for me, according to him. I had to give up my beloved coffee, and it was hard because I had established a routine with it, especially when I woke up, and I needed a source of energy to reactivate my body and mind.
It had been an internal struggle between good and evil. I looked at my family drinking coffee and it made my blood boil. I could not understand the reason for my unhappiness. I took refuge in the different presentations of tea that were available, but none satisfied me as much as my dark beloved.
It was like a struggle between two lovers who love each other to the extreme, but circumstances forced them to be separated, and that separation made them desire each other much more, making love stronger. That was the case with my beloved coffee, my lover, whom I could not have and wanted so much.
After much suffering, December arrived. On the last day of the year, I was at the door of my house, and I suffered from not being able to drink coffee. My mother made empanadas with the delicious flavor that everyone loves. The plates of empanadas and the cups of coffee came and went, and I looked at them like a prisoner looks at the street longing for freedom.
People were happy because another year was coming to an end. Music was the protagonist of the day. Tropical, melancholic, and other traditional songs were heard through the speakers of each house. Families gathered to await the end of the year and the beginning of another.
I was still in a corner analyzing everything that had happened during the year and looking forward to new things in the new year, despite my distance from the coffee, I was still optimistic about the imminent arrival of the year.
The hours continued, and I envied my relatives because they drank coffee without fear. They were delighted with the delicious taste of the coffee and the empanadas. I prayed that the new year would arrive without delay so I could go to sleep and put an end to my ordeal.
It was 11 p.m., and I was about to explode. The coffee's penetrating aroma incited me, and I didn't think I could take it anymore. My aunt asked me, “What's wrong with you?”
“I'm just bored because I can't enjoy it like everyone else. The desire to drink coffee is stronger when I see everyone drinking.”
“Well, the hardest thing in life is to abstain from what we love. I believe that life is not life if we have to give up what makes us happy. We only have one life to live. There is no need for you to martyr yourself. You can have a coffee looking for balance. It may not be so strong without overdoing it, but don't live unhappy giving up what you love most.” I needed to hear that, and immediately, my aunt took me to the kitchen and made me a mild coffee with a pinch of sugar, offered it to me, looked at me, and said, “Happy New Year.”
At that moment, I took the cup and asked that I could not put the coffee down and could continue drinking it. Suddenly optimism arose in me, and as the bells rang announcing the new year, I raised the cup and drank the coffee lovingly offered by my aunt. It was a wonderful reunion with my beloved coffee, I felt like an elixir entering my body. It was wonderful.
Days later, I had my check-up appointment with the doctor. I could not believe what he was telling me. The test had gone wrong, and an analysis error had played tricks on me. The doctor was very embarrassed and apologized to me.
I didn't get angry because I thought I could continue to enjoy my beloved coffee, and I also remembered the New Year's wish and smiled. Haha.
Happy New Year to all!
Optimismo, nuevo año y café
Opción 2
Llevaba 2 meses sin tomar café, el médico me había dicho que tenía que cuidarme por la hipertensión y la cafeína no era buena según él. Tuve que dejar mi amado café y fue difícil porque me había forjado una rutina con mi amado café, sobre todo al despertarme cuando necesitaba de una fuente de energía para reactivar mi cuerpo y mi mente.
Había sido una lucha interna entre el bien y el mal, de tanto en tanto miraba a mi familia tomando café y eso me hacía hervir la sangre. No podía entender la razón de mi desdicha, me refugiaba en las diferentes presentaciones de té que había, pero ninguna me satisfacía tanto como mi amado oscuro.
Era como una lucha de dos amantes que se aman al extremo, pero las circunstancias los obligaban a estar separados y esa separación hace que se hagan desear mucho más, haciendo que el amor se vuelva más fuerte. Ese era el caso con mi amado café, mi amante que no podía tener y lo deseaba tanto.
Después de mucho sufrir llegó diciembre, el último día del año había llegado y yo seguía sufriendo por no poder tomar café. Mi madre había hecho las empanadas con ese delicioso sabor que a todos encanta. Los platos de empanadas junto con las tazas de café iban y venían y yo miraba como un preso mira hacia la calle anhelando la libertad.
La gente estaba alegre porque un año más terminaría. La música era la protagonista del día, melodías tropicales, algunas de melancólicas y otras tradicionales, se escuchaban por los parlantes de todas las casas. Las familias reunidas esperaban el fin de año y el inicio de otro.
Yo seguía en un rincón asimilando todo lo que había pasado en el año y esperando cosas nuevas para el nuevo año, aunque a pesar de mi restricción por tomar café, seguía siendo optimista ante la llegada inminente del año.
Seguían corriendo las horas y yo envidiaba a mis familiares porque tomaban café sin ningún temor. Se deleitaban ante el maravilloso sabor del café y las empanadas, rogaba para que llegara el nuevo año rápido para ir a dormir y terminar con mi suplicio.
Eran las 11 pm y yo estaba al punto de explotar. El café me incitaba con su aroma penetrante. No creía poder soportarlo más. Mi tía se acercó y me preguntó. «¿Qué te sucede?».
«Solo estoy aburrida por lo poder disfrutar como todos lo hacen. Las ganas de café son más fuertes cuando los veo tomar».
«Bueno, Lo más difícil en la vida es tener que cohibirse de lo que amamos. Yo creo que la vida no es vida si tenemos que dejar lo que nos hace felices. Solo tenemos una vida para vivirla. No hay necesidad de que te martirices. Puedes tomar un poco de café buscando el equilibrio, puede ser no tan fuerte y sin excederte, pero no vivas infeliz dejando de lado lo que más te gusta». Necesitaba escuchar eso e inmediatamente mi tía me llevó a la cocina y me preparó un café suave con una pizca de azúcar, me la ofreció, me miró y me dijo, «Feliz Año Nuevo».
En ese momento cogí la taza y pedí que no pudiera dejar el café y poder seguir tomándolo. Un optimismo surgió de repente en mí y al sonar las campanas anunciando el nuevo año, levanté la taza y bebí el café que me había ofrecido mi tía con mucho cariño. Fue un maravilloso reencuentro con mi amado café, sentí como un elixir entrando en mi cuerpo. Fue maravilloso.
Días después, tuve la cita de control con el médico. No podía creer lo que me decía. El examen había estado equivocado, un error de análisis me había jugado una mala pasada. El médico estaba muy avergonzado y me pedía disculpas.
No me enoje porque pensé que ahora podía seguir disfrutando de mi amado café y también recordé el deseo de Año Nuevo y sonreí. Jaja.
¡Feliz Año Nuevo a todos!
Edited by Rincón Poético
The text of this post was originally translated from Spanish to English with the translator DeepL
Original content
¡Thanks for you reading!