In Search of Perfection
When a couple seeks to conceive a child, their first heartfelt wish is for them to be perfect—free from physical defects. The second wish is for them to possess physical beauty, and the third, I believe, would be intelligence.
These desires are entirely understandable, as our life experiences and observations of the world teach us that possessing these three gifts makes life significantly easier for anyone.
Many parents experience frustration when faced with the challenge of having a child with congenital diseases, and this reaction is natural—everyone longs for something close to perfection. The pride of having a healthy, beautiful, and intelligent child often serves as a confirmation of their own worth.
From the perspective of the unborn child—the fetus developing in the mother's womb, or the "father's," given modern advancements—it becomes a moral dilemma. No one can predict the future they may have, despite any medical conditions they may suffer from. That future person might still be perfectly happy, even if born blind, deaf, or with severe physical disabilities.
My personal opinion is that parents should not condemn their children to a life of suffering if they can avoid it. This brings to mind the story of a couple who had multiple daughters with a genetic condition known as "Brittle Bone Disease"—a highly painful, incurable disorder with a grim prognosis.
During their first pregnancy, they learned that both parents carried the recessive gene responsible for this genetic condition. Despite this knowledge, they had their first child, then two more daughters, all afflicted by the same disorder.
The ethical question of whether seeking to conceive a genetically "perfect" baby is acceptable has many facets. It involves moral, ethical, and even religious debates that may never reach a consensus.
In countries where abortion is legal, there is often greater acceptance of terminating pregnancies when fetuses are diagnosed with serious diseases. In nations where abortion is criminalized, however, the consequences fall entirely on the child and their parents, often without state support.
There is a vast difference between preventing diseases and selecting both internal and external physical traits—a gap that makes the second possibility even more questionable.
As a final reflection, I humbly believe that parents should approach pregnancy with enough maturity, using science as a tool to study their genetic makeup and determine whether their union may result in serious consequences for their future children.
In the past, people were advised to consider blood type compatibility when conceiving. Today, we have an extraordinary opportunity to understand the genetic information we pass down to our offspring. With this knowledge, we can prevent millions of children from suffering lifelong hardships—children who should not have to endure the consequences of parental negligence or selfishness.
Parenthood should be a privilege rather than a right.
Original Language: Spanish
Translation Service: Microsoft Copilot
Image Generation Service: Microsoft Copilot
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En busca de la perfección
Cuando una pareja busca concebir descendencia, el primer deseo que albergan en sus corazones es que sea perfecta. Que no padezca taras físicas y el segundo es que posea belleza física, estimo que el tercero sería que posea inteligencia.
Sin dudas estos anhelos son totalmente comprensibles, ya que nuestra experiencia de vida y la observación del mundo nos dicta la certeza de que poseyendo estos 3 dones, la vida de cualquier persona es mucho más sencilla.
Muchos padres, se frustran ante la adversidad de tener un hijo o una hija con enfermedades congénitas, y es comprensible, porque todos ansiamos lo más parecido a la perfección, y el orgullo que representa un hijo o una hija sanos, bellos e inteligentes, es una suerte de confirmación de nuestra propia valía.
Desde la perspectiva de la persona a nacer, el feto que se desarrolla en el vientre de la madre, o del "padre" según los tiempos que corren, es un dilema moral, ya que nadie sabe el futuro que podrían llegar a tener, a pesar de las condiciones médicas de que adolescan. Tal vez esa futura persona podría ser plenamente feliz aunque nazca ciega, sorda, o con defectos físicos graves.
Mi opinión personal es que los padres no deberían condenar a una vida de sufrimiento a sus hijos siempre que puedan evitarlo. Esto me trae a la mente la historia de una pareja que tenía varias hijas con una condición genética llamada "Huesos de Cristal" sumamente dolorosa, incurable y con un pronóstico de vida nada alentador.
Durante su primer embarazo, supieron que tanto el padre como la madre eran portadores del gen recesivo que ocasiona esa condición genética en sus hijos. Y a pesar de ello, tuvieron a la primera, y luego otras 2 hijas más, todas con esa condición genética.
El planteamiento de sí sería ético buscar concebir un bebé genéticamente perfecto, tiene varias aristas, y un debate tanto moral como ético y hasta religioso, que posiblemente nunca llegue a un concenso.
En los países en los que el aborto es legal, es donde haya posiblemente más aceptación a la idea de interrumpir embarazos cuando los fetos son portadores de enfermedades graves, mientras que en otros donde está criminalizado el acto, las consecuencias caen directamente sobre el bebé y sus padres, muchas veces sin apoyo por parte del Estado.
Ahora, entre evitar enfermedades y elegir cualidades físicas tanto internas como externas, hay una gran distancia que hace que la segunda posibilidad sea aún más cuestionable.
Como última reflexión, mi humilde punto de vista es que los padres, deberían tener la suficiente madurez en la planeación de un embarazo, utilizando la ciencia como herramienta en cuanto al estudio genético de los padres, para saber con certeza si la unión de sus genes causará consecuencias en sus futuros hijos.
Antes, se recomendaba tener en cuenta la compatibilidad de los tipos de sangre, hoy tenemos la gran oportunidad de conocer la carga genética que aportamos a un futuro hijo, y sabiendo esto, se puede evitar una vida de sufrimiento y privaciones a millones de niños, que no deberían sufrir las consecuencias del egoísmo o la indolencia de sus padres.
La paternidad más que un derecho debería ser un privilegio.
Idioma de Origen: Español
Servicio de Traducción: Microsoft Copilot
Servicio de Generación de Imagen: Microsoft Copilot
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