¡Saludos, amigos viajeros del mundo!
Hoy los invito a acompañarme en un recorrido fascinante por la carretera que une Maturín hacia Carúpano en Venezuela. Un trayecto lleno de curvas, paisajes y lo más llamativo del trayecto, las esculturas gigantes a la orilla del camino como guardianes culturales del Oriente venezolano. Acompáñenme en este bonito recorrido en automóvil.

Este paseo no fue solo una travesía por asfalto, fue una experiencia sensorial y artística. A cada tramo, nos sorprendían esculturas monumentales que nos arrancaban un “¡wow!” desde el alma. Fue nuestra primera vez en este lado del país y quedamos maravillados.

Estas obras, muchas de ellas realizadas por artistas regionales, son un homenaje a la identidad, la historia y la naturaleza del estado Sucre y sus alrededores. El chofer que nos trasladaba era de Carúpano y se encargó de darnos una visita llena de historias y cuentos de la región.

Aquí les comparto una reseña breve de algunas de estas esculturas que nos impactaron profundamente:

El Nazareno de Caripito, una enorme y bella escultura con su vestimenta violets y flores de color violes que adornan la carretera central. Elaborada por un escultor regional al que investigué en internet y me encontré con una información interesante, es que David Martínez es el creador de varias de estas bellas obras de arte.

Confieso que por más que estaba atenta por tomar fotos y videos, se me hizo cosi imposible tomar buenas fotos ya que ibamos en movimiento.

Al llegar a Carúpano nos recibió la hermosa capilla de la virgen. Hecha por el mismo escultor. Lamentablemente solamente pudimos verla desde afuera porque nos quedamos mucho tiempo como para ir a visitarla por dentro.

Este viaje fue más que un paseo: fue una exposición artística al aire libre, un museo rodante que despierta orgullo, curiosidad y amor por nuestras raíces. Si alguna vez tienes la oportunidad de recorrer esta carretera, no lo pienses dos veces. Detente, admira, fotografía… y deja que el arte del oriente venezolano te hable al alma.

Gracias por acompañarme en este viaje. Nos vemos en una próxima oportunidad. Chao!