But, even though everything I've named can be considered distinctly negative aspects of the character, it's not all black and white. This very positivity is the most outstanding aspect of Naruto and what makes him my favorite protagonist of the anime. To keep fighting for what we long for is by no means an easy task, our path will be bumpy, and it’s our job to find the strength to keep going.

There is no better than Naruto Uzumaki to prove this to us, the character who nobody wanted, the least talented of his generation, who nobody believed in, who was once a nuisance to anyone who crossed his path. Naruto proved not only to himself that he was the heir of the will of fire but to an entire nation. Who didn't cry with happiness after Naruto defeated Pain and when he returned to Konoha, all the inhabitants welcomed him as a hero? No matter that everything was against him, Naruto never gave up and I believe that, somehow, he left part of that will in all of us who enjoy this story.

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The point of all this would be that we have to find a balance between dreaming, demanding, and striving, it's okay to take a break sometimes, it's okay to feel exhausted, we can do it all, but not all at once. Follow your dreams, but don't destroy yourself in the process.

Despite its plot flaws, Naruto is an anime that has made me get excited and cry like no other, the epic moments that this anime has are too many and worthy of a separate post, and most of them starring our airhead ninja, that’s why Naruto Uzumaki is my favorite protagonist in the anime.

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¡Saludos, Hive! Como habrán visto por el nombre de esta publicación y por la imagen creo que es más que obvio de lo que se trata este post, ¡pero antes de que me caigan encima! Estoy muy consciente del montón de problemas que tuvo el anime y el manga de Naruto hacia su final, concretamente a partir de la 4ta guerra ninja, sin embargo eso no quiere decir que no haya sido una muy buena obra antes de todo esto y que no la haya disfrutado. No obstante el día de hoy no hablaré de Naruto como obra, sino más bien de porque Naruto Uzumaki es mi protagonista de anime favorito en lo que será también un pequeño análisis de este personaje.

Así que sin más preámbulos, ¡comencemos!

Todos conocemos más o menos el contexto general de Naruto: durante su infancia fue un niño huérfano, cuya existencia fue prácticamente negada por toda su aldea por llevar dentro de el a la bestia de las nueve colas. A raíz de esto nació dentro de Naruto una fuerte necesidad de ser reconocido como un ser humano y no como un demonio, Naruto también quería sentir el amor de una familia y de unos amigos, solo quería ser un ciudadano más de la aldea. ¿Y quién es la figura más importante y reconocida de toda la Aldea oculta entre las hojas? El Hokage, así que Naruto decidió que algún día se iba a convertir en el Hokage. Esto lo llevo a desarrollar un sentido de la auto exigencia a nivel toxico, no importaban los medios ni el camino, solo importaba el fin y demostrar su valía como ser humano.

El positivismo me parece algo excelente; creer en nosotros mismos, perseguir nuestros sueños, luchar por nuestros objetivos, sacrificar cosas para obtener lo que anhelamos, no rendirnos, soñar en grande, todos estas cosas son características del positivismo que vuelvo y repito, me parecen excelentes. ¿Pero hasta qué punto está bien esto? El “yo sí puedo” también puede ser algo contraproducente, terminamos exigiéndonos más de lo que podemos dar, terminamos convirtiéndonos en nuestros propios verdugos, y sin darnos cuenta, estamos acabando con nosotros mismos y condenándonos a la obsesión de alcanzar un objetivo.

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Creo que obsesionarnos con una meta trae como consecuencia que, una vez que la alcancemos nos sintamos vacíos. Nos hace preguntarnos: “¿Y ahora qué?, ya estoy donde siempre quise, ya tengo lo que siempre soñé y por lo que me esforcé tanto, ¿por qué me siento tan mal?” y es que durante el proceso nos exigimos tanto que esto se convierte en un mantra negativo, nos olvidamos de disfrutar y vivir todo el proceso simplemente porque nos obsesionamos por cumplir nuestras propias expectativas.

En la serie, esto se puede ver reflejado en momentos bastante particulares, siendo uno de ellos el día en que Naruto se convierte en Hokage, y, en un contexto más general, el Naruto que nos muestra el anime de Boruto (que no importa si es o no es canon, si te gusta o no, si es bueno o no, el punto es que existe). En el primero, todos imaginamos la ceremonia de Naruto convirtiéndose en Hokage como algo épico e increíble, lleno de emotividad y lágrimas ya que nuestro protagonista cabeza hueca por fin alcanzó su sueño, sin embargo lo que nos muestran no puede estar más alejado de la realidad: al final, Naruto tiene un accidente extremadamente tonto y no puede ir a su propia ceremonia, algo que en su momento me molesto bastante pero que pensándolo en relación a lo que he expuesto anteriormente, tendría bastante sentido. Y en lo segundo, a pesar de que Naruto es el Hokage, tiene una familia que lo ama, alcanzó sus sueños, se le ve cansado y apagado, no es ni de cerca el mismo personaje que nos conquistó a todos con su carisma. Siguió sus sueños, pero se destruyó a sí mismo en el proceso.

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No me malentiendan, no estoy criticando el positivismo ni el decir “yo sí puedo”, alguien sin sueños ni expectativas en esta vida simplemente está perdido, todos tenemos algo por lo que luchar, pero, ¿la meta es más importante que el camino? A mí me encanta el positivismo, me encanta ver a la gente cumpliendo sus sueños, pero hay quienes nos perdemos en este proceso (sí, me incluyo porque me pasó esto, y justamente ayer escribí un post sobre eso) y nos obsesionamos por un objetivo que, cuando lo alcanzamos, nos sentimos en el medio de la nada.

Fácilmente Naruto podía alcanzar sus sueños sin rescatar a Sasuke, pero la exigencia que tenía hacía sí mismo y demostrar su valía como ser humano era tan alta que lo hizo esforzarse más de lo que debía. En este caso el “yo sí puedo” se convirtió en algo negativo para Naruto.