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El Último Obstáculo
El aire en el apartamento se sentía denso, casi irrespirable después de la discusión. Las palabras se habían agotado, dejando solo un eco amargo. Sofía tomó su bolso del sofá; el tintineo de las llaves fue el único sonido que rompió el silencio. No iba a quedarse a dar vueltas sobre lo mismo una vez más, no esa noche. Ya no era enojo, sino un cansancio profundo, del tipo que se instala en los huesos.
Bing IA
Cuando llegó al umbral, la figura de Mateo se interpuso, una sombra repentina que le cortó el paso. Apoyó una mano en el marco, su cuerpo bloqueando la salida por completo. “No te vayas así”, dijo con voz queda.
Ella lo miró, sintiendo una nueva ola de frustración. No era solo la puerta. Era él, con su cabeza en la puerta de cualquier solución, de cualquier avance. Se había convertido en el obstáculo, en la pared que impedía que el aire fresco entrara o que ella pudiera simplemente respirar. No solo impedía su salida física, sino que obstaculizaba cualquier camino hacia la reconciliación o, incluso, hacia una despedida digna. Estaba plantado ahí, como una afirmación de que nada cambiaría si dependía de él. “Mateo, por favor”, susurró, pero su voz se perdió contra esa barrera humana. Él era, en ese instante, el perfecto ejemplo de un “head on the door”.
El aire en el apartamento se sentía denso, casi irrespirable después de la discusión. Las palabras se habían agotado, dejando solo un eco amargo. Sofía tomó su bolso del sofá; el tintineo de las llaves fue el único sonido que rompió el silencio. No iba a quedarse a dar vueltas sobre lo mismo una vez más, no esa noche. Ya no era enojo, sino un cansancio profundo, del tipo que se instala en los huesos.
Bing IA
Cuando llegó al umbral, la figura de Mateo se interpuso, una sombra repentina que le cortó el paso. Apoyó una mano en el marco, su cuerpo bloqueando la salida por completo. “No te vayas así”, dijo con voz queda.
Ella lo miró, sintiendo una nueva ola de frustración. No era solo la puerta. Era él, con su cabeza en la puerta de cualquier solución, de cualquier avance. Se había convertido en el obstáculo, en la pared que impedía que el aire fresco entrara o que ella pudiera simplemente respirar. No solo impedía su salida física, sino que obstaculizaba cualquier camino hacia la reconciliación o, incluso, hacia una despedida digna. Estaba plantado ahí, como una afirmación de que nada cambiaría si dependía de él. “Mateo, por favor”, susurró, pero su voz se perdió contra esa barrera humana. Él era, en ese instante, el perfecto ejemplo de un “head on the door”.
Ven y participa, aún estás a tiempo. Toda la información la podrás encontrar cada día en la Comunidad #Freewritehouse. Específicamente, el día de hoy, aquí la publicación del prompt:
«la puerta en su cabeza»
Portada de la iniciativa.
Dedicado a todos aquellos que, día a día, con su arte, hacen del mundo un lugar mejor.
The Last Obstacle
The air in the flat felt thick, almost unbreathable after the argument. The words had drained away, leaving only a bitter echo. Sofia grabbed her purse from the sofa; the jingle of keys was the only sound that broke the silence. She wasn't going to dwell on the same thing one more time, not that night. It was no longer anger, but a deep weariness, the kind that settles in the bones.
Bing AI
As he reached the threshold, Mateo's figure stepped in, a sudden shadow cutting him off. He rested a hand on the frame, his body blocking the exit completely. ‘Don't go like that,’ he said in a quiet voice.
She looked at him, feeling a new wave of frustration. It wasn't just the door. It was him, with his head in the door of any solution, of any breakthrough. He had become the obstacle, the wall that prevented fresh air from entering or that she could simply breathe. Not only did it prevent her physical departure, but it stood in the way of any path to reconciliation or even a dignified farewell. It was planted there as an affirmation that nothing would change if it was up to him. ‘Matthew, please,’ he whispered, but his voice was lost against that human barrier. He was, in that instant, the perfect example of a ‘head on the door’.
The air in the flat felt thick, almost unbreathable after the argument. The words had drained away, leaving only a bitter echo. Sofia grabbed her purse from the sofa; the jingle of keys was the only sound that broke the silence. She wasn't going to dwell on the same thing one more time, not that night. It was no longer anger, but a deep weariness, the kind that settles in the bones.
Bing AI
As he reached the threshold, Mateo's figure stepped in, a sudden shadow cutting him off. He rested a hand on the frame, his body blocking the exit completely. ‘Don't go like that,’ he said in a quiet voice.
She looked at him, feeling a new wave of frustration. It wasn't just the door. It was him, with his head in the door of any solution, of any breakthrough. He had become the obstacle, the wall that prevented fresh air from entering or that she could simply breathe. Not only did it prevent her physical departure, but it stood in the way of any path to reconciliation or even a dignified farewell. It was planted there as an affirmation that nothing would change if it was up to him. ‘Matthew, please,’ he whispered, but his voice was lost against that human barrier. He was, in that instant, the perfect example of a ‘head on the door’.
Come and participate, there's still time. You can find all the information daily in the #Freewritehouse Community. Specifically, today's prompt post:
«head on the door»
Cover of the initiative.
Dedicated to all those writers who contribute, day by day, to making our planet a better world.