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La sutileza del abuso
El abuso se disfraza de mil maneras. Se viste de poder en un despacho, de autoridad tras la puerta de casa, de superioridad en un comentario racial o de dogma en un templo. A veces es un grito que humilla públicamente; otras, un silencio impuesto que carcome el alma en la intimidad. Es esa mano que no debió tocar, esa palabra que nunca debió ser dicha, esa oportunidad que fue negada por prejuicios.
Bing IA
Hemos aprendido a navegar sus aguas turbulentas, a veces ignorándolo, a veces justificándolo como “el modo en que son las cosas”. Pero en el fondo, cada acto de abuso, por sutil que sea, deja una cicatriz en el tejido de nuestra humanidad compartida. De esas cicatrices, de la fatiga de soportar lo intolerable, nace una proclama que es tanto un límite como una liberación: no más abusos.
Esta frase no es un simple eslogan, es una toma de conciencia. Es la decisión de recuperar la voz, de defender la dignidad propia y ajena. Es el primer paso para desmantelar las estructuras, grandes y pequeñas, que permiten que la injusticia florezca. No permitas que abusen de ti en ningún ámbito.
Frente a este eco que resuena cada vez con más fuerza, ¿en qué conversaciones cotidianas y en qué silencios personales eliges tú que esa frontera del “no más” comience a ser una realidad?
El abuso se disfraza de mil maneras. Se viste de poder en un despacho, de autoridad tras la puerta de casa, de superioridad en un comentario racial o de dogma en un templo. A veces es un grito que humilla públicamente; otras, un silencio impuesto que carcome el alma en la intimidad. Es esa mano que no debió tocar, esa palabra que nunca debió ser dicha, esa oportunidad que fue negada por prejuicios.
Bing IA
Hemos aprendido a navegar sus aguas turbulentas, a veces ignorándolo, a veces justificándolo como “el modo en que son las cosas”. Pero en el fondo, cada acto de abuso, por sutil que sea, deja una cicatriz en el tejido de nuestra humanidad compartida. De esas cicatrices, de la fatiga de soportar lo intolerable, nace una proclama que es tanto un límite como una liberación: no más abusos.
Esta frase no es un simple eslogan, es una toma de conciencia. Es la decisión de recuperar la voz, de defender la dignidad propia y ajena. Es el primer paso para desmantelar las estructuras, grandes y pequeñas, que permiten que la injusticia florezca. No permitas que abusen de ti en ningún ámbito.
Frente a este eco que resuena cada vez con más fuerza, ¿en qué conversaciones cotidianas y en qué silencios personales eliges tú que esa frontera del “no más” comience a ser una realidad?
Ven y participa, aún estás a tiempo. Toda la información la podrás encontrar cada día en la Comunidad #Freewritehouse. Específicamente, el día de hoy, aquí la publicación del prompt:
«no más abusos»
Portada de la iniciativa.
Dedicado a todos aquellos que, día a día, con su arte, hacen del mundo un lugar mejor.
Subtlety of abuse
Abuse is disguised in a thousand ways. It dresses up as power in an office, authority, behind the door, superiority in a racial comment or dogma in a temple. Sometimes it is a publicly humiliating cry; sometimes it is an imposed silence that eats away at the soul in privacy. It is that hand that should not have touched, that word that should never have been spoken, that opportunity that was denied because of prejudice.
Bina AI
We have learned to navigate its turbulent waters, sometimes ignoring it, sometimes justifying it as ‘the way things are’. But deep down, every act of abuse, however subtle, leaves a scar on the fabric of our shared humanity. From those scars, from the fatigue of enduring the intolerable, comes a proclamation that is both a limit and a liberation: no more abuse.
This phrase is not just a slogan, it is a realisation. It is the decision to regain one's voice, to defend one's own dignity and that of others. It is the first step in dismantling the structures, large and small, that allow injustice to flourish. Do not allow yourself to be abused in any sphere.
In the face of this echo that resounds ever louder, in what daily conversations and in what personal silences, do you choose to make this frontier of ‘no more’ begin to become a reality?
Abuse is disguised in a thousand ways. It dresses up as power in an office, authority, behind the door, superiority in a racial comment or dogma in a temple. Sometimes it is a publicly humiliating cry; sometimes it is an imposed silence that eats away at the soul in privacy. It is that hand that should not have touched, that word that should never have been spoken, that opportunity that was denied because of prejudice.
Bina AI
We have learned to navigate its turbulent waters, sometimes ignoring it, sometimes justifying it as ‘the way things are’. But deep down, every act of abuse, however subtle, leaves a scar on the fabric of our shared humanity. From those scars, from the fatigue of enduring the intolerable, comes a proclamation that is both a limit and a liberation: no more abuse.
This phrase is not just a slogan, it is a realisation. It is the decision to regain one's voice, to defend one's own dignity and that of others. It is the first step in dismantling the structures, large and small, that allow injustice to flourish. Do not allow yourself to be abused in any sphere.
In the face of this echo that resounds ever louder, in what daily conversations and in what personal silences, do you choose to make this frontier of ‘no more’ begin to become a reality?
Come and participate, there's still time. You can find all the information daily in the #Freewritehouse Community. Specifically, today's prompt post:
«no more abuse»
Cover of the initiative.
Dedicated to all those writers who contribute, day by day, to making our planet a better world.