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Él no tenía prisa. A los 59 años había aprendido que las cosas que se cocinan a fuego lento saben mejor. También sabía que a veces, incluso cocinando bien, se quema el arroz. Pero eso no lo había detenido.
Vivía solo, escribía cuentos que nadie le pedía y editaba imágenes con la misma dedicación con la que otros hacen promesas de amor eterno. Era bueno en eso. No tanto en las promesas, sino en los efectos de luz y en quitar fondos sin dejar bordes duros.
Un día, revisando correos encontró uno de esos que son de promoción: "¿Quieres encontrar el amor verdadero?". Aunque la frase era absurda, a él le pareció honesta. Le dio clic. Después de todo, lo había intentado todo, excepto una aplicación llamada: algoserio.io. La instaló, armó su perfil con foto en la que el filtro hacía maravillas y escribió:
“Editor de imágenes | Echador de cuentos | y de vainas también | A veces poeta | A veces arroz quemado.”
Le escribió una mujer. Se llamaba Amanda. Tenía 49 años, sonrisa perfecta, cabello con bucles rebeldes y una bio que decía: “Hecho con gluten y sarcasmo.” Él cayó, redondito como buen fanático de las contradicciones.
Después de algunas semanas intercambiando mensajes, decidieron verse. La cita fue en una feria de diseño. Él llegó puntual, con camisa más o menos planchada y los nervios arrugados también. Ella apareció toda sabrosona, con el paso seguro de quien ya sabe lo que quiere.
Hablaron de todo. De cómo los cementerios son más poéticos que tristes, de su gusto por los reels de gatos en crisis existencial, de cómo los filtros de Canva eran una herramienta del bien si se sabían usar con moderación. Ella se reía mucho. Él no sabía que hacer para quitar la cara de bobo.
Y justo cuando pensaba que nada podía arruinarlo, sucedió.
Ella le dijo que era community manager de astrología cuántica vegana y que necesitaba un video de presentación con efectos visuales, fuego violeta y música como para fumar monte. Se lo pidió con una dulzura pasivo-agresiva que desarma y con la pregunta que no acepta un no: “¿Puedes ayudarme, verdad?”.
Él se quemó las pestañas editando un video de cinco minutos que parecía un viaje interdimensional entre chakras, hadas, mantras y frases tipo “El amor es una vibración que tu intestino puede sentir si estás alineado.” Ella lo adoró. Y él pensó que eso era amor.
Siguieron saliendo. Él empezó a leer sobre orbes, limpiezas energéticas, y terminó en una sesión de constelaciones familiares donde lloró sin saber si era por su abuelo o por el WiFi que no funcionaba bien.
Amanda brillaba. Y él… perdia su forma.
La noche en que todo se quebró fue la del eclipse. Ella organizó una meditación colectiva en la azotea de su edificio y le pidió que grabara el evento con su dron. El dron no era suyo, lo alquiló. Nunca lo había manejado. Cuando intentó capturar un plano aéreo de los asistentes en posición de loto, perdió el control. El dron cayó justo sobre la cabeza del gurú invitado, quien quedó sin iluminación espiritual. Fue el fin.
Amanda no quiso saber más de él. Él intentó escribirle, pero solo recibió un audio con palabras como: “karma”, “desalinee” y “vibración baja”.
Esa noche, mientras editaba el último reel para un cliente que vendía garbanzos aliñados por encargo, se dijo:
—Probablemente, me lo merecía.
Porque sí. Porque uno no puede perderse tanto en otra persona como para olvidarse de uno mismo. Porque el amor no debe ser un disfraz ni una sesión de reiki fallida. Porque si te toca cambiar demasiado, quizás el amor no te tocaba a ti.
Y aunque dolía, como dolían las ñemas después de editar ocho horas seguidas, también aliviaba volver a sus cuentos, sus imágenes, sus silencios.
Semanas después, en una librería que está en plaza España, una mujer se le acercó. Tenía un libro en la mano y una camiseta que decía “Los románticos no se extinguen, solo cobran por hora.”
Le sonrió.
Y él pensó: “Tal vez ahora sí. Pero sin dron, sin fuego violeta… y sin dejar de ser yo.”
Todos los Derechos Reservados. © Copyright 2021-2025 Germán Andrade G.
El contenido original fue escrito para:
9 July 2025, @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2793: I probably deserved that por @daily.prompt.
Todas las imágenes fueron editadas usando CANVA.
Es mi responsabilidad compartir con ustedes que, como hispanohablante, he tenido que recurrir al traductor Yandex Translate para poder llevar mi contenido original en español al idioma inglés. También, hago constar que he utilizado la herramienta de revisión gramatical Grammarly.
Caracas, 10 de julio del 2025
English
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He was in no hurry. At the age of 59, I had learned that things that are cooked over low heat taste better. I also knew that sometimes, even when cooking well, rice burns. But that hadn't stopped him.
He lived alone, wrote stories that no one asked him to, and edited images with the same dedication with which others make promises of eternal love. He was good at that. Not so much in the promises, but in the light effects and in removing backgrounds without leaving hard edges.
One day, while checking his emails, he found one of those promotional ones: "Do you want to find true love?" Although the sentence was absurd, it seemed honest to him. It clicked. After all, I had tried everything except an app called: algoserio.io. He installed it, put together his profile with a photo on which the filter worked wonders, and wrote:
"Editor of images / Caster of stories / and of pods too / Sometimes poet / Sometimes burnt rice.”
A woman wrote to him. Her name was Amanda. She was 49 years old, perfect smile, hair with unruly loops, and a bio that said: "Made with gluten and sarcasm."He fell, roundly like a good fan of contradictions.
After a few weeks of exchanging messages, they decided to see each other. The appointment was at a design fair. He arrived on time, with a more or less ironed shirt and wrinkled nerves too. She appeared all tasty, with the sure step of one who already knows what he wants.
They talked about everything. About how cemeteries are more poetic than sad, about his taste for cat reels in existential crisis, about how Canva filters were a tool for good if they were known to be used in moderation. She was laughing a lot. He didn't know what to do to get rid of Bobo's face.
And just when I thought nothing could ruin it, it happened.
She told him that she was a community manager of vegan quantum astrology and that she needed a presentation video with visual effects, violet fire, and music as to smoke monte. He asked her with a passive-aggressive sweetness that disarmes and with the question that does not accept a no: "Can you help me, right?”.
He burned his eyelashes editing a five-minute video that looked like an interdimensional journey between chakras, fairies, mantras, and phrases like "Love is a vibration that your gut can feel if you are aligned.”She adored him. And he thought that was love.
They kept going out. He started reading about orbs, energy cleanses, and ended up in a family constellation session where he cried, not knowing if it was because of his grandfather or because the WiFi was not working well.
Amanda was glowing. And he... he was losing his shape.
The night when everything went wrong was the eclipse. She organized a collective meditation on the rooftop of her building and asked him to record the event with his drone. The drone wasn't his; he rented it. I've never handled it before. When he tried to capture an aerial shot of the attendants in the lotus position, he lost control. The drone fell right on the head of the guest guru, who was left without spiritual enlightenment. It was the end.
Amanda didn't want to know more about him. He tried to write to her, but only received an audio with words like: “karma”, “desalinee”, and “low vibration”.
That night, while editing the last reel for a client who sold seasoned chickpeas to order, he said to himself:
- I probably deserved that.
Just because. Because one cannot lose oneself so much in another person as to forget oneself. Because love should not be a disguise or a failed Reiki session. Because if you have to change too much, maybe love didn't touch you.
And although it hurt, as the gnemas hurt after editing for eight hours in a row, it also relieved him to return to his stories, his images, his silences.
A few weeks later, in a bookstore in Plaza España, a woman approached him. He had a book in his hand and a T-shirt that said "Romantics don't die out, they just charge by the hour.”
He smiled at her.
And he thought, "Maybe now I do. But without a drone, without violet fire... and without ceasing to be me.”
All rights reserved. © Copyright 2021-2025 Germán Andrade G.
The original content was written for:
9 July 2025, @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2793: I probably deserved that by @daily.prompt.
All images were edited using CANVA.
Caracas, July 10, 2025
It is my responsibility to share with you that, as a Spanish speaker, I have had to resort to the translator Yandex Translate to translate my original Spanish content into English. I also state that I have used the grammar-checking tool Grammarly.
